El blog de Gustavo Mata

Estrategia: Las reglas del juego en los negocios

¡QUÉ ME ASPEN SI LO ENTIENDO!

La crisis financiera profundísima en la que estamos no tiene precedentes. Su inicio fue provocado por la crisis de las hipotecas sub prime y sus sucesivas titulizaciones, pero tiene como causa más profunda el retardado cambio de fase del ciclo económico, cuya etapa anterior de bonanza fue alargada mucho más allá de lo razonable como consecuencia de los artificialmente bajos tipos de interés mantenidos durante años por los bancos centrales, con la Reserva Federal al frente. Apoyándose en esos bajos tipos de interés, muchos agentes económicos de escasa solvencia se han endeudado y han invertido durante años en activos dudosos y realmente poco rentables. Los bancos han vendido esa deuda mal calificada como buena varias veces. El resultado es que cuando la insolvencia ha comenzado a aflorar el sistema financiero ha entrado en pánico. A diez meses del comienzo de la crisis todos estamos convencidos de que aún no se ha aflorado la situación real de muchas instituciones financieras. Ahora, pese a las sucesivas inyecciones de liquidez de los bancos centrales nadie quiere tomar riesgo alguno, ni siquiera el razonable y muchos están atrapados en su falta de liquidez.
Ahora toca digerir el brutal exceso. La receta es poco popular se llama subir los tipos. En Europa lo saben, pero en EEUU ante el riesgo claro de entrar en recesión, con una guerra absurda y carísima a las espaldas, con un dólar debilitadísimo y un déficit que consume más del 70 % del ahorro mundial, no están dispuestos a hacer lo que toca y los mantienen artificialmente bajos, lo que aun hunde más su moneda, y debería hundirla más todavía respecto al euro si en Europa se atrevieran a hacer lo que deben hacer que es subir los tipos aún más.
En España, la crisis parece que no ha afectado tan directamente a los bancos que tienen prácticas más sensatas que la banca internacional, pero si indirectamente; la crisis ha afectado sobre todo al sector inmobiliario que es un ejemplo paradigmático de lo que decimos. El común de las gentes se ha lanzado a hipotecarse a un plazo absurdo, a un tipo de interés inicialmente bajo, en unas viviendas de precio evidentemente hinchado; y no sólo, en muchos casos, para adquirir la vivienda para vivir, sino, muchas veces, para comprar una segunda residencia en la playa o en el pueblo. Los mejor situados han invertido además en ladrillo con un afán puramente especulativo. Muchos compraban sobre plano muy apalancados en los préstamos a tipos bajos sabedores de que al terminar la obra por la revalorización la inversión sería un gran negocio. Ahora con tipos crecientes con la casi imposibilidad de desprenderse de las inversiones queda aguantar todo lo que se pueda. Eso va a debilitar mucho el consumo interior, el otro gran motor de la economía española. Subidas en la ola las grandes inmobiliarias y también las medianas y las pequeñas se endeudaron hasta el límite, promovieron obras y acapararon suelo caro. Ahora, se ha destapado la caja de los truenos, el frenazo es brutal -lo llaman desaceleración- y las inmobiliarias tiene suelo en exceso, promociones sin vender, están endeudadas hasta los ojos y a corto plazo: o consiguen refinanciar su deuda, o suspenden pagos o quiebran.
A todo esto el petróleo a 120 dólares el barril y sin pinta de cambiar. La razón es sencilla: hay producción limitada, se consume cada vez más y las reservas son limitadas. ¿Va a bajar? Tanto el Oriente Medio, como América Latina, o África, ninguno está en una situación mínimamamente estable que permita pensar en otra cosa más que en sobresaltos respecto a la seguridad del suministro. Rusia es consciente de sus bazas y Putin las juega sin pudor.
Y por si fuera poco tenemos una crisis alimentaria sin precedentes, con consecuencias gravísimas y que no se puede corregir a corto plazo.
En España no tenemos petróleo y la dependencia de él es aún mayor que en el resto de los países desarrollados. Menos mal que se ha puesto a llover a lo loco esta primavera y ya la sequía no nos acongoja. Pero lo de la bolsa ¡qué me aspen si lo entiendo!, yo creo que, finalmente, bajará fuertemente. La verdad es que como yo de bolsa no entiendo nada…, puede que me equivoque. ¡Ojalá!

8 Comentarios

  1. Querido Gustavo:

    Pintan bastos por lo que parece, y los indicadores bursátiles muestran nada más que los especuladores se aprovechan de la alta volatilidad que ellos mismos generan. Por supuesto que el mercado de valores está perfectamente organizado, pero cada vez está más alejado de la realidad de las empresas que cotizan. El mercado inter-bancario es mejor reflejo de lo que sucede, el volumen de crédito entre bancos ha descendido en vertical, con esto aparecerán los problemas de liquidez en los periodos previstos de reserva de tesorería. Los tipos implícitos (los que el mercado inter-bancario prevee para el euribor a un año, llegan ya al 5,2%). Los problemas se suceden, en estos momentos es como si la economía se contrajese en espiral concéntrica, y en España hay que afrontar que tenemos nuestro propia crisis «subprime».

    Si se habla de medidas de choque, cobertura de desempleo, transferencia de mano de obra al sector industrial, medidas fiscales ¿No comprometen el flamante excedente público? Me preocupa que se destine este dinero, por causa de la presión incesante, a sostener la industria de la construcción. Mientras que al otro lado del atlántico han tirado los precios por el suelo en el sector, aquí los grandes magnates piden hora a Solbes para llorar y llorar.

    Temo mucho que las medidas se realicen en función de la presión, más que en función a la necesidad económica. Los factores mediáticos y de poder adquirido deben ser relegados a segundo plano. Es fácil de decir pero difícil de decidir.

    Un fuerte abrazo

    David Navarro, alumno AEDE BS

  2. Hola Gustavo:
    La verdad es que las cosas no tienen muy buena pinta, y en España, a pesar de los comentarios de ciertos políticos, la solución se me antoja muy difícil, según mi opinión pasa por un periodo de fuerte ajuste, nuestro crecimiento se ha estado apoyando en el consumo interno, y este está cayendo; En el turismo, pero cada vez somos menos competitivos debido a la inflación y al tipo de cambio euro-dólar; Y en la construcción, sobre esto sobra todo comentario. Sólo espero, aunque suene mal, que los políticos dejen que el ajuste se haga en función del mercado y no “ayuden artificialmente” a empresas para evitar su cierre con el dinero de todos, porque cuando estas empresas ganaban cantidades ingentes de dinero, no lo repartían ¿me equivoco? Así se debe dejar que el mercado haga su trabajo y apretarse el cinturón. De todos modos y desde mi modesto punto de vista subir los tipos ahora traería consecuencias nefastas, y llevaría a muchas familias a situaciones verdaderamente delicadas, pero esto es sólo una opinión.

    Carlos Sánchez

  3. Hola Carlos, fundamentalmente de acuerdo.
    Te entiendo lo que comentas sobre no subir los tipos, pero, aunque a nivel individual o micro a nadie le gusta, a nivel macro es imprescindible y al final si lo macro no se arregla lo micro empeora. Si no los suben razonablemente ahora, la inflación, el peor impuesto para los pobres, no se contendrá, no recuperaremos el crecimento fácilmente, y al final, tardaremos más en digerir la crisis y habrá que subir los tipos más de lo que habría que subirlos ahora.
    Claro que si todo es opinable, ¡esto más!
    Un abrazo.

    Gustavo Mata

  4. Querido Daven, pienso que el superavit está para usarlo cuando hace falta. Lo malo es que en parte se comprometió gastarlo de forma inadecuada en la demagógica -como siempre- campaña electoral pasada en donde unos y otros rivalizaron en hacer propuestas de poco sentido. Claro que como decía el inolvidable y auténtico viejo profesor -yo soy viejo y profesor también, pero no es lo mismo- Tierno Galván: «las promesas electorales están para no ser cumplidas». ¡Vaya cínico! Claro que su franqueza le hacía menos cínico de lo que ahora son muchos, que además de serlo lo disimulan tratando de no parecerlo.

    Al gran cínico
    no se le nota tanto,
    eso es lo peor

    Un abrazo.

  5. Hoy sinfonía en rojo en la bolsa (y van…):
    http://www.expansion.com/laventana/
    Ya falta menos para que se llegue al fondo. Acordaos que dije que hasta que llegara a 11.000 yo no entraría.
    Estamos en una etapa en la que las malas noticias bajan mucho las cotizaciones y las buenas la suben muy poco.
    A esperar.

    Saludos.

  6. Siguen las malas expectativas sobre la evolución el IBEX 35.
    http://www.expansion.com/edicion/exp/opinion/llave_online/es/desarrollo/1137710.html
    Esperar y ver. falta mucho para que veamos buenas noticias consistentes.

    Saludos.

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