El blog de Gustavo Mata

Estrategia: Las reglas del juego en los negocios

Categoría: Series (página 2 de 8)

CRÓNICAS MEXICANAS IV

Hugo Alberto Wallace Miranda fue secuestrado el 11 de julio del 2005 en México. Su mamá, una auténtica madre coraje mexicana responsable de la resolución del caso cuenta: “Hugo no tenía enemigos, pero siempre confiaba en los demás; quizá ése fue su único pecado… Ese día, al filo de las dos y media de la tarde me despedí de Hugo, y a eso de las seis de la tarde me habló y me dijo que iba al cine a Plaza Universidad”. Al otro día Isabel presintió que algo andaba mal, Hugo no llamaba ni contestaba el teléfono. “Hubo un conocido de Hugo que nunca me gustó, Jacobo Tagle. Tenían una relación de negocios nada más, pero a mí me causaba desconfianza, ya que ese muchacho no tenía ni trabajo ni nada, y en general no me parecía alguien de bien». Un primo de Hugo le confirmó que ese día iba él con una muchacha que le había presentó Jacobo. El chofer de su hijo le dijo que habían ido a recoger a una mujer a la esquina de Carracci e Insurgentes. Buena pista, buscó y al fondo de la calle Carracci estaba la Gran Cherokee de Hugo, “era un secuestro… un vecino me dijo que de ese auto sacaron a un muchacho a la fuerza y lo llevaron a un departamento de la calle Peruggino». «Desde el primer momento en que supimos que se trataba de un secuestro avisé a la policía del Distrito Federal y a la Procuraduría General de la República (PGR), como era mi derecho; es por eso que ahora yo puedo decir con seguridad que ellos poco y nada han hecho». La inoperancia de las autoridades la vio desde el día que revisaron la camioneta, cuando la remolcaron y manipularon sin la menor precaución para luego decir que no había huellas. Eso la llevó a investigar por su cuenta: «puedes averiguar más que toda la policía preguntando a un vecino, un vendedor de una tienda y una señora que tiene un puesto de quesadillas». A media cuadra de la camioneta estaba el apartamento donde una noche antes, según testigos, había sido llevado su hijo. “Llamé de inmediato a la Policía Judicial, pero de alguna manera no nos permitió el acceso al inmueble, obstaculizó todo, nos sacó y tampoco investigó nada”. Hubo que permanecer afuera del departamento, día y noche, “esperando a que sacaran a mi hijo” alrededor de cuatro días, mientras llegaba la orden del juez; cuando llegó “desgraciadamente no había nadie”. Isabel Miranda supo que en la casa vivía donde retuvieron a su hijo era una de seguridad, que uno de los captores era un judicial que siempre estaba armado, y la otra “una mujer de Guadalajara que era una bailarina. Alguien me dijo que ella trabajaba en el grupo Clímax”. El dueño del grupo radicaba en Veracruz, y allí se dirigió Isabel; le localizó y le dijo que su jefe quería hacer una fiesta y deseaba ver las fotos de todas las modelos; éste le dio las fotografías. Regresó a Carracci y una señora que vendía quesadillas cerca del departamento reconoció como la que habitaba el apartamento a Juana Hilda González Lomelí. Juana Hilda González relató lo sucedido la noche de los hechos. La acusada declaró cómo, ya en su departamento, César Freyre y Jacobo Tagle golpearon repetidamente a Hugo y, para evitar que se escucharan sus lamentos, subieron el volumen a la televisión. “Salí del baño hacia la otra recámara y vi que lo habían arrojado al colchón. Después, el cuerpo de Hugo Wallace empezó a convulsionarse por la golpiza. A los pocos minutos murió. A pesar de ello, se tomó la decisión de cobrar el rescate.

Capturada Juana Hilda, Isabel se centró en César Freyre. “Yo sabía cuál era su mundo. Isabel supo que Freyre tenía una amante de nombre Keopski Daniela Salazar, en un restaurante de la Zona Rosa en la ciudad de México. “Me hice asidua  comensal de ese restaurante”. El día 26 de febrero de 2006, Isabel localiza a Keopski, en el restaurante. “Al salir la amante se sube un taxi yo la sigo; ella iba al encuentro con César. “Le grité que estaba rodeado por agentes de la AFI, que se entregará. Sacó el arma y mi hermano se le lanzó a los pies, lo derribó y yo pedía el auxilio a gritos que había un secuestrador, y en ese momento fue detenido gracias a unos elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal”.

Capturado César Freyre, Isabel se dedicó a poner anuncios y ofreció una recompensa por Jacobo Tagle y Brenda Quevedo, para evitar que los delincuentes dieran dinero a quienes los pudieran atrapar. «Es triste que ofrezcamos dinero por ellos, como se hacía en el pasado, pero no queda de otra, la corrupción aquí nos obliga a usar este recurso y prácticamente ponerle precio a su cabeza».

¿Y qué ha pasado con Jacobo? “Lo están protegiendo algunas personas de cierto poder. Ahorita  no puedo decir quiénes, pero lo han escondido muy bien y han cerrado de alguna manera las puertas que yo ya había encontrado, pero seguimos en la búsqueda”. Isabel ignora quién era el responsable de que el asunto no caminara. En la PGR “todo el tiempo colaboraron, muy lento, pero hicieron un poquito más, sobre todos a partir de que yo entrego a Juana Hilda, cuando les demuestro que sí se puede”.

En Junio de 2008, tres sujetos accionaron sus armas de fuego en el momento que Isabel Miranda abordaba su camioneta, al escuchar los disparos, corrió hacía el inmueble en el que tiene su oficina, en Tlalpan, al sur de la ciudad de México y los elementos de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) que la custodian repelieron la agresión logrando herir a uno de ellos, Luis Javier Álvarez Madrid, de 20 años de edad, que fue detenido. En las dos semanas anteriores Isabel había recibido amenazas de muerte que “Estoy asustada pero no voy a parar hasta que se castigue a los secuestradores de mi hijo; ya la PGR está en contacto conmigo y les pedí que refuercen mi custodia y me proporcionen un vehículo blindado”.

Ayer, 16 de Diciembre, se sometió a las preguntas de los lectores del diario “El Universal de México”; sigue en su lucha. Es un ejemplo para todos y un testigo incómodo de la falta de diligencia de las autoridades para atajar el crimen. Ojalá hubiera muchas Isabel Miranda.

LA POBREZA EN AMÉRICA LATINA

Los pobres en América Latina y el Caribe, en 2008 son un 33,2 % de la población, 182.000.000 de personas. De ellos un tercio, o sea el 12,6 %, más de 60.000.000 en pobreza extrema.

Los países más pobres de Latinoamérica son Haití, Honduras, Nicaragua, Bolivia y Paraguay y los menos pobres son México, Brasil y Chile. Pero estos datos son algo engañosos. El 40% de la población latinoamericana que es extremadamente pobre vive en Brasil y en México. En Brasil viven casi 15 millones de personas con menos de un dólar al día y en México más de 5 millones viven en igual condición.

En estos últimos cinco años la cantidad de pobres en la región disminuyó 9,9 %, 37 millones de pobres menos, y la pobreza extrema lo hizo un 6,8 % 29 millones de indigentes menos. Pero la desigualdad sigue siendo lacerante: el 10 % de los hogares más ricos ingresa por persona más de 17 veces lo que se ingresa por persona en el 40 % de los hogares promedio más pobres.

Y todo empeorará en 2009 por la crisis económica mundial. El comercio, los servicios financieros, la industria manufacturera, el turismo y el empleo doméstico, actividades que desempeñan sobre todo mujeres están ya muy afectados. No hay crédito para las pequeñas y medianas empresas. Las remesas que envían los emigrantes han caído y la Ayuda Oficial al Desarrollo descenderá.

La Cepal espera que en 2009 se estanquen el empleo y las remuneraciones, se deteriore el ingreso de los hogares y aumente la pobreza en Latinoamérica. Sin especificar las consecuencias que habrá para cada país en particular, advirtieron que “los más afectados por la disminución de las remesas o por su conexión más directa con el mercado de Estados Unidos, se verán más complicados. También aquellos con estructuras de exportaciones menos diversificadas y concentradas en bienes cuyos mercados fueron los más sensibles a la crisis, o que tienen sistemas financieros más débiles”.

JUANITO LAGUNA: HAMBRE EN EL GRANERO DE AMÉRICA

Antonio Berni, pintor argentino, recorrió en los años 50 del siglo pasado varios pueblos de Santiago del Estero, en la República Argentina, y allí conoció de cerca la pobreza. Muy impresionado, realizó una serie de cuadros basados en un genérico niño pobre, representante genuino de los muchos que vio, al que bautizó como “Juanito Laguna”.

El personaje se transformó en un icono social de la época que inspiró a poetas y músicos del folklore argentino que grabaron el emblemático álbum «Juanito Laguna» en 1977. En ese manifiesto musical-político el propio Berni decía: «Juanito Laguna es un niño de extramuros de Buenos Aires o de cualquier capital de América latina. Es un chico pobre, pero no un pobre chico». La placa original editada en plena dictadura militar fue secuestrada a las pocas semanas de salir y los vinilos que sobrevivieron circularon clandestinamente hasta agotarse.  Hay muchos videos en you tube sobre el tema, aqui os dejo como ejemplo éste: Mercedes Sosa canta la canción de «Carlos de Mendoza» y César Isella, «El mundo prometido a Juanito Laguna»

Hasta «The Betales» se inspiraron en Juanito Laguna.

Hoy quería hablaros un poco de la pobreza en Argentina y me he acordado de Juanito Laguna y de su paupérrima familia. No lo puedo remediar, cada vez que oigo esa canción lloro sin remedio. Os dejo aquí el cuadro de Berni, “La familia de Juanito Laguna” y os reproduzco lo que recuerdo de la letra de la milonga de José Botelli y José Ríos que cantó, maravillosamente, el inolvidable Jorge Cafrune. No he sido capaz de encontrarla en la red.

“La familia de Juanito Laguna”, milonga, José Botelli y José Ríos:

“Salen camino afuera para mirar quién pasa

Tan sólo la tristeza y la pobreza dentro la casa

¡Qué dura la mirada de Juanito Laguna!

y su oscuro pellejo tan cierto y lejos de la fortuna.

La madre solo tiene una única pollera

y ese par de alpargatas que andan a gatas con su arpillera.

Sentado en su carrito el más pequeño ignora

por qué pan y comida es a medida de lo que llora.

Si pudieran gritar lo que les duele, desde muy dentro, como se grita,

se borraría la herrumbre de la techumbre que los habita.

Nadie sabe cuál es la inflación en Argentina, aunque todos sabemos que es mucho mayor que la que confiesa el Gobierno. Y la inflación es el impuesto que pagan los pobres. Tampoco es fácil saber cuántos pobres hay. Aunque oficialmente se dice que la pobreza bajó al 20,6% en marzo pasado, cuando en el primer semestre del 2007 era el 23,4%, nadie se fía; el Indec, el Instituto encargado de publicar ambas cifras, está muy desprestigiado.

Argentina es uno de los cinco mayores productores de alimentos del mundo: trigo, soja, maíz y carnes; exporta alimentos que podrían abastecer a más de 300.000.000 de personas. Mientras tanto, en Buenos Aires uno de cada cinco niños, un 20 %, son “Juanitos Laguna”: pasan hambre y están desnutridos. Muchos trabajan desde los 10 años. Muchos mueren sin llegar a la edad adulta.

¡Dios, qué mundo más raro hemos hecho!

¡Arreglémoslo ya!

CRÓNICAS MEXICANAS, III

Candelario Baldenegro Leyva, 31 años, y su esposa Juana de Jesús Ortiz García, 27, acababan de poner gasolina a su coche cuando quedaron en medio del fuego que iba dirigido contra el comandante de la Policía Ministerial del Estado de Sinaloa, Miguel Ángel Santacruz Armendáriz. El comandante, al verse atacado  aceleró y, ya gravemente herido, fue a estrellarse contra un autoservicio que estaba frente a la gasolinera, al otro lado de la carretera. Candelario, notó que algo raro pasaba: unos ruidos metálicos en el cristal trasero y un intenso dolor; varios disparos se habían incrustado en su coche y una de las cien balas disparadas por los fusiles AK-47 de los asesinos para acabar con la vida del comandante le había herido a él de muerte. Salió del coche, cayó boca abajo; sólo le quedaba fuerza para llamar a su esposa: “Juani, Juani, ayúdame”. Cuando ella salió del coche tuvo que tirarse al suelo, pues de nuevo empezaron los disparos; al otro lado de la calzada los sicarios estaban rematando a su víctima. “Juani, háblale a alguien, me duele mucho” –dijo él – “Ay, no te dieron, niño… nada más te hirieron; ahorita va a llegar la ambulancia” – dijo ella -. Pocos minutos después Candelario moría en los brazos de su esposa. Siete meses después Juani acude aún a las sesiones de psicoterapia del programa de Atención a Víctimas del Delito, de la Procuraduría General de Justicia del Estado. Cuando visita la tumba de Candelario, ve cada vez más mujeres y huérfanos de la violencia en el cementerio con las que habla para darles ánimo y trasmitirle su entereza, después de todo ella es un ejemplo; es la primera viuda de la llamada “narco guerra” y eso imprime carácter.

Alma Trinidad Herrera, es contable; su hijo Cristóbal, de 16 años, murió el 10 de julio pasado en un ataque armado de otro grupo de asesinos; con él murieron dos profesores de la UAS, padre e hijo, y seis personas más. El caso sigue sin esclarecerse. La vida de Alma ha cambiado desde aquel día aciago. “Cada vez que escucho un helicóptero la piel se me eriza y digo, ¡Dios mío, qué no vaya a haber otra madre más de alguna víctima inocente”!. Ella ha organizado marchas y participado en manifestaciones; en distintas ocasiones ha solicitado, sin éxito, audiencia con el gobernador. “Ya no hayamos ni qué hacer”, “pedirle a Dios, a no sé quién, ya no más violencia. ¿A quién le va a pedir uno? Las autoridades no te quieren escuchar. Lo único que puedo hacer ahora es decirle a la autoridad que se compadezca de estas madres que hemos estado en esta guerra sin querer, esta guerra en la que ellos mismos nos han puesto. Porque ahora todos los que estamos aquí en Culiacán corremos el mismo peligro. Dicen ellos (las autoridades) que van a traer carros blindados, y a nosotros, ¿qué nos van a dar?: ¿chalecos antibalas?; ¿o nos van a blindar a nosotros también? Porque yo tengo mucho miedo”. Se acuerda cada minuto de su hijo: “Es la primera Navidad que voy a pasar sin él”, dice llorando.

En los cuatro años de gobierno de Jesús Aguilar Padilla se acumulan 3.030 asesinatos cuyos responsables, en su gran mayoría, están impunes. La muerte le puede aguardar a cualquiera en el próximo semáforo en Sinaloa. Nunca hubo tantas víctimas ajenas a todo.  En la calle, mientras esperaban el transporte público o la luz verde del semáforo, o mientras caminan hacia su casa después de trabajar, cualquier día, cualquiera puede caer bajo las balas.

No sólo son asesinatos, en Sinaloa también se baten records de asaltos a sucursales bancarias -100-, de robos de coches, de conflictos carcelarios, … en fin de todo tipo de delitos. Pero, pese a la presencia más que notoria de militares y agentes de las policías federal, estatal y municipal por todas partes en el estado, la plaga no cesa.

Martín Amaral, periodista y sociólogo, perdió a su hermano Iván, agente de la Policía Estatal Preventiva, que fue asesinado, junto a cinco compañeros, cuando patrullaban por la colonia Villa Universidad frente a la Ciudad Universitaria; al llegar a un semáforo fueron masacrados por un grupo; ninguno ha sido detenido. Martín dice: “Culiacán, Tijuana y Ciudad Juárez han vivido la narco bonanza y la narco asimilación cultural; ahora están sumidas en el narco terror. En Sinaloa hay una omertá tropical, una adaptación del uso de la mafia siciliana, una ley del silencio que hace que se prefiera el silencio a la delación por miedo a las represalias”.

Tomás Guevara, investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Sinaloa, responsable del Programa de Investigación Representaciones Sociales de la Violencia, dice: “Hay una idea de temor, de preocupación, de miedo, de desconfianza, de incertidumbre, la gente no sabe qué va a pasar y un principio fundamental de la psicología es que el ser humano no puede vivir en la incertidumbre…No habría ningún problema si las víctimas fueran exclusivamente gente coludida en estos delitos, pero el problema es que, sí es cierto, hay víctimas inocentes, hay mujeres, hay niños, que no tienen nada qué ver con el asunto y que caen muertos o gravemente heridos, y eso sí preocupa a la gente, porque entonces se trastoca la tranquilidad de la población”,

Pero el mal está enraizado. El ejército, que ha sido utilizado masivamente en el conflicto por el Presidente de la República Felipe Calderón, también está contaminado. Cada año 20.000 soldados desertan; la mayoría para ingresar en las filas de los narcotraficantes. La Secretaría de la Defensa Nacional estima que de los casi 500.000 implicados  en el narcotráfico en México una tercera parte cuenta con antecedentes militares.

CRÓNICAS MEXICANAS, II

Todo México peregrina a la Basílica de Guadalupe durante todo el año. Cada día se puede ver a los peregrinos andando de rodillas los escasos doscientos metros de la explanada antes de la puerta de acceso al templo. Tiene el suelo pulido y brillante de tanto arrastrar sus rodillas por la piedra los penitentes. Otros empiezan su caminar de rodillas mucho antes, desde el puente papal que da acceso a la zona de la basílica. Es una escena que impresiona al que la ve por primera vez, pero que se puede contemplar cada día del año. Pero el día 12 de Diciembre de cada año la peregrinación es una locura. Una multitud de cientos de miles de mexicanos, procedentes de todo el país, llegan a la basílica para venerar a la Virgen, que para los mexicanos es algo más que para otros católicos; es mucho más: “es nuestra madrecita” dicen, y vienen para agradecer los favores recibidos en este año, pagando así sus “mandas” (promesas o votos); para hacerle nuevas peticiones: “¡que nunca faltan la necesidad en casa del pobre!”; y lo más importante, vienen a cantarle a la Virgen las Mañanitas en su día como harían con su mamá de la tierra en su santo. La Virgen es para todos los mexicanos mucho más que para ningún otro pueblo, su imagen está en todas partes. Desde siempre los indígenas veneraban a la madre tierra y ahora siguen venerándola bajo la advocación de la Virgen de Guadalupe. Ayer se cumplieron 477 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe al indio Juan Diego en el cerro del Tepeyac.

La mayoría emprenden la peregrinación, a menudo larga, caminando, otros lo hacen en bicicleta, otros en camión, o en lo que sea,… y tienen imaginación: es un espectáculo verlo. Viajan con tan sólo unos pocos pesos en el bolsillo, que a lo mejor son todos sus ahorros, llenos de fe de ilusión y de alegría.

Ochenta peregrinos de Guerrero que viajan en tres camiones de carga con caja de madera, de los de transportar ganado, se bajan del camión por turnos para correr tramos de medio kilómetro portando una antorcha. La peregrinación es un gran sacrificio para ellos. Cansancio y, al final, frío. Cuando llegan a la cima del poblado de Tres Marías, situado a un lado de la carretera Cuernavaca-México, en donde como muchos otros duermen, la temperatura es de tan sólo dos o tres grados centígrados. Estamos a más de 2.200 metros de altura sobre el nivel del mar y por la noche, al raso, hace verdadero frío. Las monjitas de un convento cercano reparten café y pan a los peregrinos. Este grupo duerme en los camiones sólo un rato antes de reemprender la marcha.

Raúl Torres, de 24 años de edad, salió el martes por la mañana de San Lorenzo Chiautzingo, en Puebla, con 700 pesos en el bolsillo que ganó haciendo artefactos pirotécnicos en horas fuera de su trabajo habitual. Viene “para pedirle que nos haga el paro, que nos dé chamba más seguido y nos cuide a la familia”. Por el camino le han ofrecido comida y bebida gratis. Al llegar, nada de hoteles para pernoctar, “no nos alcanza, nos quedamos a la intemperie con nuestras cobijas”. Hoy por la tarde, cumplimentada la Virgen, se subirá a la caja de un camión, que le cobrará cerca de 70 pesos, para regresar a su casa, y lo hará feliz.

Agustín Pérez, de 71 años, llega con su hijo Alfredo y su nieta Renata, vienen de Resurrección, un poblado cerca de Puebla, a 300 km de la capital, de donde salieron a las cinco de la mañana del miércoles para poder llegar al amanecer del jueves a las cercanías de la basílica. “El camino es largo, pero con fe llegaremos a tiempo”; viene también para pagar sus “mandas” y homenajear a la Virgen, en este 12 de diciembre. Quince horas caminando. Una manta y cuatro tortas de frijoles con huevo es lo que traen consigo. Descansaron unos minutos tan sólo a mediodía, en un poblado cercano al Paso de Cortés, en la zona del volcán Popocatépetl. Comieron un poco y continuaron. Al llegar a la carretera México-Puebla alguien les ayudó: personas bien trajeadas que bajaban de sus “camionetotas” de lujo bolsas con comida. Un poco más de esfuerzo y… “Por fin llegamos, hijos” dijo Agustín; eran las doce de la noche. Él, antes de la muerte de su esposa Magdalena, prometió a la Virgen visitarla en su templo si ésta la curaba; aunque ella murió, él sabe que “nadie tiene la vida comprada y la Señora del Tepeyac hizo lo necesario”. Ya era de madrugada; buscaron un sitio para extender sus cobijas, y descansaron esperando a la mañana para asistir a la primera misa.

Jorge González, de 33 años, no podía más pero, no sabe cómo, al fin llegó. Venía de Nezahualcóyotl, en el oriente del estado de México, para pedirle a la Virgen de Guadalupe por la salud de su mamá. “Está enferma desde hace un año del estómago”, dice el agotado hombre, quien promete entrar a la Basílica de rodillas, todos los años, si su mamá se recupera.

María de los Ángeles, 16 años, va de rodillas rumbo a la Basílica. “¡Vengo a que me perdone la virgencita por todo lo que he hecho; “Quiero que la Virgen me quite lo vaga”. Ella viaja con la Carrera Guadalupana desde Perote, Veracruz, para pedir perdón a la Virgen de Guadalupe, por “ser vaga” y “peleonera”.

El altavoz del Centro de Atención de Personas Extraviadas y Ausentes no dejó de sonar todo el tiempo: “a la niña Mayra Cardozo de siete años le esperan sus familiares… al señor Samuel Ramírez Sánchez de San Martín Texmelucan lo esperan en este lugar”…

Entre los muchos que ayudan a los peregrinos durante la marcha, que los hay a miles, sólo dos muestras:

Carlos Fuentes, no el escritor, en este caso es su tocayo, un simple catequista, se puso en una esquina de la calzada de Guadalupe a regalar “paletas de hielo” (polos de agua) a los fieles a la Virgen María. “Compramos mil paletas. Es para ayudar a nuestros hermanos que vienen de lejos, que no traen dinero y que a veces aquí la gente se mancha con ellos”.

Miguel Ángel Reyes, con una familia de cuatro hijos, ahorró lo que pudo un mes y se lo gastó – 1.500 pesos – en comprar una tonelada de naranjas. “Las regalo a los peregrinos para darle gracias a la Virgen porque siempre me ha ido bien en el trabajo”.

México es un país increíble. Y un país de contrastes. Hay de lo mejor y de lo peor en México para dar y tomar. Pero su gente tiene valores. Yo creo que en México la gente lo que necesita es que sus dirigentes estén a la altura de los mexicanos. Qué afronten seriamente los tremendos problemas que el país tiene y que México llegue a alcanzar las oportunidades que se le brindan y se le van a brindar en los próximos años.

No sé si hay que pedírselo a la Virgen Morena o hay que exigírselo a los que mandan, pero México y los mexicanos se merecen un futuro mejor.

Ojalá lo logren. Lo van a lograr.

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