Hoy echo de menos a Luis Carandell, genial escritor y periodista fallecido en 2002, que llegó a ser director de informativos de TVE y nos deleitó a todos con sus originales crónicas de la actividad parlamentaria al comienzo de la democracia. Bastantes años antes, Carandell se había dado a conocer en la famosa revista TRIUNFO con un espacio fijo, llamado CELTIBERIA SHOW. TRIUNFO era un soplo de libertad en medio del erial de intolerancia y dogmatismo de la prensa de la época, que, en los años 60, todos los de mi edad devorábamos ávidamente cada semana.

En su cita semanal, Carandell traía un ejemplo de nuestras carpetovetónicas peculiaridades que glosaba con un humor siempre amable, aunque también ácido, en la mejor tradición quevedesca y que solía ilustrar con alguna imagen. Luego muchos de esos artículos fueron compilados en un libro con el mismo título.

Decía que hoy echo de menos a Luis Carandell y es por lo de Pedro Gordillo, Vicepresidente de Ceuta y máximo dirigente del PP en la ciudad -un político que antes fue sacerdote; nada en contra de los políticos ni de los sacerdotes ni de los sacerdotes que sean políticos ni de los políticos que sean o hayan sido sacerdotes; que no se me malinterprete, es sólo un dato relevante-. Gordillo ha sido forzado a dimitir al divulgarse un video en el que en su despacho intercambia favores sexuales por promesas de trato de favor, con una dama que tuvo a bien grabarle con su móvil. ¡Ay que ver cómo está el patio!

¿Qué hubiera escrito el maestro Carandell sobre la chusca e indecente escena? Digo indecente no por lo del sexo, que no me parece indecente casi en ninguna circunstancia, sino por lo de las promesas de prebendas a cambio de la coyunda carnal, que es lo que me parece realmente obsceno.

Desde luego al pobre Rajoy sólo le falta quedarse encinta. Me está empezando a dar lástima. Creo que es un incapaz –ya conocéis mi opinión-, pero además tiene mala suerte. No creo que a él le guste, pero me empiezo a compadecer de su mala estrella.