El blog de Gustavo Mata

Estrategia: Las reglas del juego en los negocios

KRUGMAN OPINA SOBRE ESPAÑA Y LA CRISIS

Paul Krugman, Premio Nobel de Economía de 2008, en una conferencia celebrada en la Confederación de Empresarios Andaluces, antesdeayer, pronostica al menos 5 años de crisis en España. Según él, nos espera un camino doloroso, o peor aún, en el caso de que en Europa haya una deflación duradera, extremadamente doloroso. Dice que nuestro país corregirá a la baja los precios un 15% de promedio y otro tanto los salarios, en relación a los del resto de la UE. Dice también que «es posible que España estuviese en mejor situación si no se hubiera unido al euro”. Menos mal que añadió que la incorporación de España al euro es irreversible y que no es planteable una salida, ni siquiera temporal, del euro, pues eso llevaría al caos.

Krugman es muy crítico respecto de cómo se está abordando el problema de la crisis desde la UE: «no existe voluntad en la Unión para tomarse esta crisis en serio; Alemania se ha opuesto a medidas serias y ha optado por un ajuste que es sólo maquillaje». Y luego añadió obviedades, como que Europa son muchos estados y que «falta capacidad de actuar de manera conjunta ante esta crisis». La salida a la crisis pasa por una política fiscal común, aunque se estaba refiriendo a una política común no sólo en Europa sino en todos los países del G-20. Aunque es pesimista y no cree en que vaya a salir nada así de la próxima reunión del G-20 a primeros de Abril: «si sale algo importante, será una sorpresa”.

Auguró tres años de deflación en el mundo y criticó duramente a Trichet, presidente del BCE: «Trichet dice que no hay riesgo de deflación, y yo me pregunto, ¿en qué planeta vive ese señor? Corremos un gran riesgo de deflación».

Considera también que el plan Obama, aún yendo en la dirección adecuada, es insuficiente. «Obama no tiene un plan de solución económica, sino de mitigación. Y eso es causa de preocupación». Respecto a las soluciones dice: ¿la salida a la crisis?: más inversión pública, mucha más, y en todo el mundo.

Aún siendo Premio Nobel de 2008, Krugman, a mi juicio, es más un genial divulgador y un gran periodista económico, que un gran economista, que, lógicamente, también lo es. Desde 2000 escribe en el New York Times desde donde ha fustigado implacablemente a Bush durante todo su mandato. Eso me gustó. Ha escrito más de 200 artículos y 21 libros –aunque sólo alguno de ellos académico, como Economía Internacional: La teoría y política”, la mayoría de sus libros son textos de divulgación-.

Paul Krugman está hoy de moda, es considerado un notable neo-keinesiano, pero no creo que vaya a pasar a la historia como uno de los grandes economistas. Tampoco va a ser, a mi juicio, el que haga la aportación clave para salir de este lío. Está demasiado ocupado por su labor divulgativa en detrimento de su labor como pensador. Y tiene -¿quién no?- algunos lunares en su historial. Por ejemplo trabajó para Enron en 1999, antes del escándalo de 2002, lo que le ha traído muchas críticas. También Entre 1982 y 1983 fue Asesor de Reagan en su Consejo de Asesores Económicos, pero cuando Clinton llega a la Presidencia no contó con él. Tal vez por eso se volcó en su labor periodística. Pero no es fácil repicar y estar en la procesión.

Yo no creo, contra lo que dice Krugman que España lo vaya a pasar peor que otros en esta crisis. Aunque lo más probable es que tenga razón él… y no yo.

En España tenemos suerte y nuestra posición de endeudados y de país no dependiente de sus exportaciones nos deja, curiosamente, al pairo de parte de los problemas de la crisis. En cuanto ganemos confianza, tendremos a nuestro favor nuestra propensión a consumir y, de otra parte, estamos ajustándonos a la nueva situación mucho más deprisa que otros. No hay más que ver las cifras de desempleo.

Ojo, ¡qué nadie me acuse de negar la terrible situación en la que estamos! No es eso lo que digo, no es que no estemos mal, pero no peor que otros. El tiempo me dará la razón: España va a salir de la crisis, que será larga, cuando salgan los demás, sino antes. Y lo de no estar en el euro, ¡no me lo quiero ni imaginar! ¡Aunque lo diga Krugman, con todos mis respetos, es una pésima idea!

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