Adolfo Domínguez dice que en cinco años tendrá el 50% de su red en el exterior y en 10 años el 90 %. Dice también que su firma mantiene un gran nicho de mercado, entre las marcas de lujo como Armani y similares y la moda más generalista de Inditex o H&M, y que este activo le permitirá crecer en el extranjero.

El crecimiento exterior, dice, se hará, sobre todo, vía franquicias. Ahora tiene 603 tiendas, de las cuales 163 son franquicias. Si de verdad tiene ese activo –que yo creo que sí lo tiene- y, como dice también: «tenemos equipos, marca, conocimiento del mercado y recursos económicos»; no entiendo entonces por qué lo hace vía franquicias y no con tiendas propias, y no entiendo, menos aún, que en la misma noticia se comente que AD revisa ahora los resultados de las tiendas para cerrar las no rentables dentro de lo que llaman un ajuste silencioso. ¿Es esa la forma que tiene AD de convencer a sus posibles franquiciados? ¿Es bueno reconocer que se equivoca con los emplazamientos alguien que tiene tantos “activos”?

Adolfo Domínguez es un genio, no hay duda, pero es un genio triste, de eso tampoco hay duda. AD duda, cavila y se “arruga”, frecuentemente, más que sus prendas. Es un exponente de lo mejor del diseño de moda de este país, pero ¿a dónde hubiera podido llegar si no fuera tan triste?