El blog de Gustavo Mata

Estrategia: Las reglas del juego en los negocios

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YA HAY 25.000.000 DE REFUGIADOS POR EL CAMBIO CLIMÁTICO

En la actual coyuntura corremos el riesgo de olvidarnos de lo importante para atender sólo lo urgente.

Con el mundo agitado por una crisis económica de proporciones enormes, la presencia en los medios de los retos de la humanidad frente al siglo XXI y de los compromisos del milenio ha desaparecido o casi. Pero el cambio climático sigue ahí amenazándonos, aunque mucho nieguen las evidencias o simplemente se amparen en decir que la amenaza no es segura aunque admitan que es más que probable.

Estamos hablando de realidades: habitantes de islas de escasa altura sobre el nivel del mar que ya están seriamente afectadas, o gentes de las zonas desertificadas de África que atraviesan el desierto yendo masivamente hacia Yemen y Arabia Saudí, o los que habitan en zonas continentales bajas que sufren graves inundaciones como los de Bangladesh. Hemos podido ver en directo las tremendas inundaciones en Mozambique; o conocer que en Tuvalu, un archipiélago del Pacífico, la población ya se ha trasladado a Nueva Zelanda por la subida del nivel del mar. Sabemos que el delta del Nilo está deshaciéndose por la falta de los arrastres que lo formaron después de la construcción de la presa de Asuán provocando desplazamientos de población. En Senegal sólo llueve la mitad de lo poco que llovía hace sólo veinte años. No nos extrañemos de que los senegaleses arriesguen la vida para llegara a Canarias. Da igual que haya crisis. Pensarán ¿de qué crisis me habla esta gente? Y seguirán emigrando.

François Gemenne, investigador del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales, ha presentado ante más de 9. 000 delegados, en la cumbre del clima de Poznan, las conclusiones de un estudio financiado por la Comisión Europea sobre los refugiados del cambio climático: «Hoy hay ya 25 millones de refugiados por cuestiones ambientales mientras los refugiados políticos son 12 millones. El 10% de los movimientos de población está ocasionado por cambios en los factores ambientales», resume el estudio, en el que han participado siete universidades.

A VER SI SE ENTERA USTED D. JOSÉ MARÍA…

Sr. Aznar, me recuerda su actitud actual frente al cambio climático a la que tuvo Vd. mientras brindaba en una cena con un buen vaso de vino en la mano cuando soltó aquello de: ¿quiénes son ustedes para decirme a mí cómo tengo que conducir? Digo su actitud actual porque Vd. antes, cuando mandaba, se adhirió al Protocolo de Kioto y negoció las cuotas de emisión de CO2 para España, como si el asunto fuera grave, aunque luego su gobierno y el actual se hayan pasado por ese sitio, por el que algunos españoles: los chulos, castizos y machistas, se pasan a veces sus compromisos: el llamado por ellos arco de triunfo (¡qué horror de frasecita!).

Hay cambio climático y calentamiento global aunque a Vd., según sople el viento de la historia sobre su bien poblada – y mal cortada – cabellera, se le antoje interpretar esto de una manera o de otra.

Vd., como todos, está obligado a ser objetivo en cuanto a los hechos probados, aunque sea libre de interpretarlos como le plazca, pero debería ser más coherente y no cambiar de discurso como quien cambia de corbata. Claro que eso en Vd. es casi la norma; aunque debo reconocer que entre los de su oficio de político, sean cual sean las siglas a las que sirvan – porque a eso se dedican ustedes: a servir a sus siglas más que a servir a los ciudadanos que les votamos-, eso sea más común que lo contrario.

El cambio climático es un hecho y se debe al efecto de la actividad humana en el medio natural. Las consecuencias en cuanto al aumento de la temperatura, al aumento de las catástrofes naturales ligadas al cambio en el clima, al aumento del nivel del mar, a la desertificación, etc. son innegables. Puede que las consecuencias a corto plazo sean gravísimas. Aunque no es seguro que sea así, hay un consenso científico universal acerca de la estimación del riesgo, del impacto probable del mismo y del plazo al que se puede producir: enorme impacto, riesgo muy alto de que ocurra y a corto plazo.

Fíjese bien en lo que le explico, que aunque sea usted de letras esto lo puede entender muy bien cualquiera y más Vd. que es un opositor de éxito, y luego pregúntese: ¿José María, por qué no te callas?

1. Desde mucho antes de la aparición del hombre sobre la tierra, ha habido, durante centenares de miles de años, una proporción casi fija de 280 partes por millón de CO2.

2. En menos de 200 años la hemos llevado hasta 380 ppm quemando combustibles fósiles.

3. La tierra recibe la energía del sol que filtrada por la atmósfera, que nos evita la radiación más perjudicial, es en parte rebotada – sobre todo, por los casquetes polares – y en otra parte absorbida por la tierra.

4. La tierra al calentarse emite también radiación en frecuencias más bajas, en una banda infrarroja, que la atmósfera, en parte, manda hacia la tierra de nuevo. Es el efecto invernadero.

5. El CO2, el vapor de agua, el metano y los gases nitrosos son los gases que provocan el efecto invernadero y cada vez hay más en la atmósfera lo que produce un calentamiento global cuyo origen se debe, casi exclusivamente, y en su inmensa mayor parte, al impacto de la actividad humana.

6. Además el fenómeno se realimenta agravándose pues el calentamiento aumenta el vapor de agua en la atmósfera lo que aumenta el efecto invernadero y este aumenta el calentamiento…

7. Y también porque el calentamiento origina el deshielo de las masas polares lo que hace que se refleje menos energía por los espejos polares hacia el espacio con lo que aumenta más el calentamiento…

8. El mar fija ahora la mitad del CO2 que lanzamos a la atmósfera. Por si fuera poco todo lo anterior el calentamiento del mar hace que se reduzca la capacidad de fijar CO2 del mismo y a medida que el mar se calienta no absorbe tanto CO2 y va desprendiendo el que tiene almacenado lo que aumenta el efecto invernadero…

¿Va seguir Vd. diciendo lo que dijo conociendo esto, o la próxima vez va a hablar de otro tema, tal vez de nuevo irresponsablemente, dejando de nuevo a su partido, y quedando Vd., en evidencia?

Entiendo que se sienta ahora, con la edad y desde su retiro político, más libre para opinar, pero no puede dejar de sentirse responsable. Yo con los años me siento también cada vez más libre, pero no menos responsable del mundo que hemos hecho y que les dejamos a nuestros nietos. Responsabilidad es asumir las consecuencias de lo que uno dice o de lo que uno hace, y lo de ayer es una irresponsabilidad.

Ánimo D. José María, reflexione y rectifique. Piense que nunca es tarde para hacerlo. La vida empieza de nuevo cada día. El pasado ya no existe. El último pedazo de pasado que nos quedaba se nos escapó hace un momento entre los dedos. Sólo importa, de verdad, el futuro.

Y sobre todo, para cada abuelo, lo que importa es el futuro de sus nietos. Tratemos todos juntos de conseguir un mundo mejor para ellos: un sitio en el que puedan vivir. ¿Verdad que me entiende?

RETOS DEL SIGLO XXI. ENERGÍA PARA TODOS

Toda la energía de la tierra procede, al fin, del sol. Los combustibles fósiles -gas, petróleo, carbón, pizarras bituminosas, arenas alquitranadas- se generaron a lo largo de centenares de millones de años y tienen su origen en transformaciones de la biomasa; una biomasa que acumuló en su día la energía solar a través de la fotosíntesis y que fue quedando atrapada entre los diferentes estratos de la tierra originando el carbón, el petróleo, el gas,… Hay una más que abundante reserva de combustibles fósiles en el planeta: 5.000  Gtoe (miles de millones de toneladas equivalentes de petróleo). El consumo actual es de 10 Gtoe  al año. Parece suficiente reserva. ¿No?

Ahora dependemos excesivamente del petróleo, aunque esa dependencia se puede disminuir mejorando la forma de utilización de otros combustibles fósiles -singularmente carbón-. El consumo creciente de petróleo está llevándonos a que en un horizonte contemplable éste se agote. Se estima que pronto alcanzaremos el pico de producción. Los precios seguirán siendo altos y cada vez más altos y eso estimulará la utilización de otros combustibles. Pero el problema finalmente no sería tan grave, hay alternativas de combustibles fósiles como hemos visto. Además el sol sigue regalándonos cada día enormes cantidades de energía. El total de energía que manda el sol a la tierra es 10.000 veces mayor que nuestra demanda actual de energía. Con toda probabilidad, la humanidad resolvería el reto energético. Y está la energía nuclear, que, pese a sus conocidas externalidades negativas aún no bien resueltas y los riesgos derivados de la proliferación de la tecnología nuclear, por sus usos militares, es una fuente más. El problema no es que falten recursos energéticos, sino su aprovechamiento eficiente y, sobre todo, el control del impacto que el uso de combustibles fósiles tiene en el medioambiente.

EL CICLO DEL CARBONO

El carbono del CO2 atmosférico lo fijan las plantas como Carbono orgánico a través de la fotosíntesis, almacenando de esa forma la energía que recibimos del sol. Cuando quemamos un combustible el Carbono retorna a su forma de CO2 y liberamos esa energía acumulada. El problema se deriva de que estamos quemando en poco tiempo un carbono de origen orgánico, fijado como tal durante miles de millones de años, alterando el equilibrio natural. En la atmósfera ha habido, durante centenares de miles de años, una proporción casi fija -con pocas y poco significativas variaciones de ciclo anual- de 280 moléculas de CO2 por cada millón de moléculas de todos los componentes del aire. Ciertamente en la historia geológica de la tierra ha habido épocas con mayores concentraciones de CO2, pero hablamos de hace bastantes miles de millones de años. La tierra entonces era un sitio muy caliente y muy húmedo, sin casi condiciones para la vida de organismos superiores, habitada por una sopa de algas y bacterias, en el que empezaban a aparecer los primeros vegetales evolucionados, los helechos. La concentración de CO2 ha sido fija como decíamos desde mucho antes de la aparición del hombre sobre este maravilloso, complejo y delicado planeta, hasta que en la era industrial, con la combustión acelerada de los fósiles, la hemos incrementado hasta las 380 partes por millón actuales. Si aumentamos el CO2 en la atmósfera mediante la quema de combustibles fósiles y nos dedicamos a desforestar el planeta estamos generando un doble efecto que deviene en ese espectacular aumento de la concentración del CO2. Y seguirá aumentando dramáticamente si no hacemos nada. Pero ¿qué importancia tiene? ¿A quién le molesta un poco más de CO2, un gas incoloro, inodoro, insípido y aparentemente inocuo sino beneficioso para las plantas?

La tierra recibe la energía del sol en forma de radiaciones, sobre todo ultravioletas, que pasan a través de la atmósfera -que se encarga de filtrar las frecuencias perjudiciales y dejar pasar las que menos daño nos pueden hacer-. Esa radiación es en parte rebotada, sobre todo, por los casquetes polares, blancos como espejos, y en otra parte absorbida por la tierra que se calienta. La tierra al calentarse emite también radiación, pero en una banda menos alta, sobre todo infrarroja, que la atmósfera también filtra, no dejando que toda se vaya. Es como si la atmósfera fuera una sábana con la que nos abrigamos para no perder mucha energía infrarroja y que filtra el sol dejando pasar el calorcito de la ultravioleta sin que nos quememos. Una maravilla. Pues bien los gases responsables de que el calor de los infrarrojos no se escape totalmente son el CO2, el vapor de agua, el metano y los gases nitrosos. Son los llamados gases de efecto invernadero. Al incrementar el CO2, el metano y los gases nitrosos en la atmósfera la radiación infrarroja de la tierra no escapa de igual modo y se produce un calentamiento global cuyo origen se debe exclusivamente al impacto de la actividad humana. Es el efecto invernadero.

En otras épocas ha habido también variaciones de la temperatura media del planeta. No tan bruscas desde luego. Como consecuencia de los sutiles y lentos movimientos de precesión y nutación, la inclinación del eje de giro de la tierra respecto al plano de la eclíptica -la trayectoria elíptica de la tierra en torno al sol- no es siempre igual y eso influye en la cantidad de radiación que las grandes masas de hielo de los polos rebotan hacia la atmósfera, lo que ha provocado las épocas de mayor o menor avance de las glaciaciones a lo largo de miles de años. Pero esta vez la causa del cambio es otra: es nuestra desaforada manera de consumir combustibles fósiles; y el efecto es el calentamiento global a corto plazo; y el impacto puede ser tremendo. Todo parece indicar que va a ser así a menos que tomemos seriamente medidas para corregirlo.

Arrojamos cada año 36.000 millones de toneladas de CO2. De esas unos 17.000 millones de toneladas van a parar a la atmósfera y el resto es absorbido por los océanos combinándose con el agua para formar ácido carbónico CO3H2. La acidificación de los océanos es un hecho y está matando las colonias de corales en todo el mundo. Además el fenómeno del calentamiento se retroalimenta. El efecto invernadero del CO2, los vapores nitrosos y el metano provoca calentamiento y el calentamiento aumenta el vapor de agua en la atmósfera que aumenta el efecto invernadero. El calentamiento origina el deshielo de las masas polares por el calentamiento global lo que hace que se refleje menos energía por los espejos polares hacia el espacio con lo que aumenta el calentamiento. El calentamiento del mar hace que se reduzca la capacidad de fijar CO2 del mismo. A medida que el mar se calienta va desprendiendo CO2. A más calentamiento menos capacidad de absorción de CO2 en el mar, más efecto invernadero y más calentamiento global.

El cambio climático es un hecho y se debe al efecto de la actividad humana sobre el medio natural. Las consecuencias son ya graves. Aumento de la temperatura, aumento de las catástrofes naturales ligadas al clima, aumento del nivel del mar, desertificación, etc. Las previsiones sobre lo que pueden ser las consecuencias a corto plazo son tremendas. No es seguro, no hay precedentes, pero algunas predicciones resultan apocalípticas. Hasta los más optimistas saben que el tema es muy grave. Como siempre los más afectados son los más pobres entre los pobres. ¿Seguimos dejando que los profetas de que aquí no pasa nada –siempre al servicio de intereses turbios a corto plazo- nos embauquen o empezamos a concienciarnos de que nos estamos jugando la vida sobre el planeta tal y como la concebimos? ¿Va a arreglar esto la mano invisible de Adam Smith, tan sempiternamente evocada por los llamados neoliberales?

No os creáis nada de lo que os cuenten. Esto tampoco. Sometedlo a vuestro buen juicio. Pero informaos de todo cuanto os afecta y sacad vuestras conclusiones. Leed qué dicen y quién lo dice, así no podrán engañaros.

Atajar el cambio climático es posible aún. Sólo hace falta que se tomen las medidas necesarias a nivel global. Las hay. Se trata de detener la deforestación e imponer sistemas de consumo de energía más eficientes. Además se puede capturar parte del exceso de CO2 en la atmósfera. Hay prometedoras técnicas para ello. Pero de momento los líderes del mundo no acaban de tomar el toro por los cuernos y se dedican, cuando se reúnen, a cenar con 19 platos en el menú. Esto último parece demagogia pero no lo es, amigos. Los líderes del G-8 son unos indecentes horteras indignos de ocupar las poltronas en las que se arrellanan. ¡Qué se apliquen a trabajar de una santa vez!

NOTICIAS DEL DÍA QUE MERECE LA PENA VER

Esto sí que es serio. Estoy de acuerdo en el dilema que plantea. ¡Vaya viñeta la de Romeu!

Para los escépticos del cambio climático. El calentamiento es un hecho y que se debe a la combustión del carbón, petróleo y gas fósiles, que generan CO2, sobre todo, también. Ahora lo que es indiscutible también es que eso está cambiando la faz de la tierra. Y nosotros de coña. Es cierto que no sabemos a ciencia cierta si lo que dice Al Gore va a ocurrir excatamenrte así, como él lo dice, pero de que somos unos bestias que no respetamos nada y de que nuestro modo de vida occidental no es sostenible,  yo no tengo dudas.

Si yo fuera alemán sería democrata cristiano.

La huelga provoca que suban los alimentos. ¡A que luego no bajan! Es lo que hay: se llama oligopolio y acuerdo colusorio tácito entre los competidores.  Y el Gobierno a otra cosa y eso que hay un ente para vigilar que hay competencia. ¡Qué inútiles!

Bueno, me voy a cenar.

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