GOLFOS CONDENADOS

Jaume Massot, Director General de Ordenación del Territorio del Gobierno de Baleares con Jaume Matas, ha sido condenado a cinco años de prisión por prevaricación y falsedad documental al tramitar –cuando era funcionario del Ayuntamiento de Andraitx- la licencia para la construcción de un restaurante en un área natural protegida. El ex alcalde Hidalgo ha sido condenado a siete años de inhabilitación y su hermano, dueño del restaurante, a siete años de inhabilitación. Esta es la segunda sentencia de las sesenta y ocho investigadas referentes a esa etapa que están pendientes de juicio. En la primera ya se condenó a Hidalgo y a Massot por irregularidades en la construcción de una residencia del propio de Hidalgo en una zona protegida. en un solar que había comprado por 30.000 euros.

Y PRESUNTOS GOLFOS DETENIDOS

Cinco presuntos implicados en tramas de corrupción urbanística en Murcia fueron detenidos por presuntos delitos de cohecho, prevaricación y negociaciones prohibidas a funcionarios el día 18 pasado: José Luis Cano, ahora funcionario en excedencia, hasta hace poco responsable del Servicio de Asistencia Técnica a Municipios de la Consejería de Presidencia del Gobierno autónomo de Murcia, su mujer, un técnico municipal del Ayuntamiento de Librilla y Domingo Peñalver, ingeniero de caminos copropietario con Cano de la empresa que redactó el Plan General de Ordenación de Librilla.

Y LA SOCIEDAD SIN ALARMARSE…

Hay más de ciento cincuenta alcaldes imputados en escándalos urbanísticos, aunque resulta increíble que el 70% de los implicados en ellos haya resultado reelegido en las últimas elecciones municipales. En España parece que lo público en lugar de ser de todos no fuera de nadie. Esos individuos siguen siendo votados por aquellos a los que roban: ¡increible! Los sistemas de vigilancia de las Administraciones públicas sobre el urbanismo son muy malos, la normativa es muy confusa; además la falta de control sobre el patrimonio de alcaldes y concejales, la mezcla mal resuelta de responsabilidades municipales y autonómicas sobre el asunto, la debilidad de la inspección y la lentitud de repuesta de la justicia inciden en que el problema se enquiste. Pero lo peor es la falta de conciencia cívica que hace que este tipo de delincuencia no sea repudiada por todos. Al fin cada uno de nosotros, por su actitud poco exigente, tiene algo de culpa en que esta basura prolifere.