El blog de Gustavo Mata

Estrategia: Las reglas del juego en los negocios

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LO DEL PP EN MADRID PARECE (PRESUNTAMENTE) MÁS GRAVE AÚN QUE LO DE VALENCIA

Me acabo de enterar de que han dimitido el alcalde de Pozuelo y el de Arganda, imputados por Garzón en la trama corrupta del PP. Antes lo había hecho el de Boadilla. También «dimitieron» a López Viejo, Consejero de Aguirre, hace poco y hay algunos más en lista de espera. ¡ A darse prisa!

¿Por qué no ha dimitido Camps aún? Como diría Rajoy, son las 13:30 del sábado 6 de Marzo y Camps sigue sin dimitir. Tiempo al tiempo. ¡Claro que como se dé la prisa que se está dando en dimitir el presidente de la diputación de Castellón vamos listos!

No lo puedo remediar: me encanta que pillen a los presuntos golfos sean del PP o del PSOE o de CiU o de dónde sean . ¡A ver si no queda ni uno! Soñar no cuesta dinero.

¿Para cuando una ley que arregle de verdad lo de la financiación de los partidos y nos evite este aluvión de porquería?

¡Qué asco!

ESTAMOS EN CRISIS Y AL BORDE DE UNA RECESIÓN EN LA QUE PROBABLEMENTE ENTREMOS EN EL PRIMER TRIMESTRE DEL AÑO 2009

Cuando las situaciones son difíciles, templar gaitas no sirve de mucho. Ser bondadoso, no es lo mismo que ser bueno. Puede que sea una de las peores formas de ser malo.

Los líderes políticos blandos no se ganan el aprecio de sus pueblos. Los buenos líderes son los que son capaces de proponer sacrificios para afrontar las situaciones de crisis.

Para eso, lo primero es llamar a las cosas por su nombre y no enredarse en disquisiciones dialécticas carentes de sentido. Estamos en crisis, es decir, en una “situación dificultosa o complicada” según el diccionario de la RAE; estamos al borde de una recesión, lo que según el citado diccionario es “una depresión de las actividades económicas que tiende a ser pasajera”: ojalá tenga razón la RAE y sea pasajera; según los economistas, la recesión es un crecimiento negativo del PIB durante dos trimestres consecutivos. Mientras tanto oímos cosas como que “la sobre aceleración de la aceleración de la caída de la actividad es severa”. Es decir, traduzco, “el frenazo de nuestra economía es de órdago; nos la estamos pegando”.

Las medidas anunciadas al comienzo de esta semana por el Presidente del Gobierno para atajar la situación son tan clamorosamente insuficientes que si no fuera por lo grave del momento parecerían una broma; en eso tiene razón el Sr. Rajoy. El Secretario General del PSOE hace unas manifestaciones hablando de no recortar “derechos”, como si así protegiera realmente a los más humildes de los efectos de la crisis. Negar la situación y hacer demagogia en tiempos así es una irresponsabilidad. El Vicepresidente Solbes da la impresión de no saber dónde meterse a la vista de la “tropa” – como diría Romanones – de gentes poco documentadas y escasamente solventes que le acompaña en el Gobierno y en el Partido que le sustenta. La oposición -bien gracias-, que acaba de volver de un sueño letárgico en el que ha estado sumida durante varios meses contemplando su propio ombligo, tratando de encontrar una salida a su situación que, todo parece indicar, finalmente no ha encontrado, sólo sabe mantener ese enfrentamiento dialéctico de nulo valor intelectual y escasa elegancia que fue el denominador común en la pasada legislatura. El Presidente Zapatero se ha contagiado del estilo y entra a las descalificaciones personales y a la bronca casi tabernaria en la que ayer se convirtió la última sesión de control al Gobierno en el Parlamento. ¿Hay alguien que sepa algo de economía en el PSOE y en el PP?; es su momento: ¡que les dejen hablar y debatir a ellos y los demás que estén atentos y procuren aprender algo! Hay que recuperar el Parlamento.

Mientras Bruselas nos previene del riesgo de entrar en déficits incompatibles, con el control a que estamos obligados por pertenecer al área euro, si no tomamos medidas serias de ajuste.

¿Nos vamos de vacaciones? ¡venga, vámonos, que es tiempo!¿Cómo será la vuelta del verano? Yo recuerdo muy bien como fue la vuelta del verano del 92. En ese Otoño los directivos y dirigentes emplearon más del 80 % de su tiempo en hablar, unos con otros, acerca de lo mal que estaba la situación; creo que este Otoño se batirá ese record.

¡Ay la que se nos viene encima!

DEBATE DE IDEAS EN EL PARTIDO POPULAR

Doña Esperanza Aguirre quería abrir el debate de las ideas en el PP. Hizo una maniobra arriesgada y sutil, postulándose como líder, pero desmintiendo que se postulara, aunque no definitivamente – porque no hay nada inmutable, ni lealtades inquebrantables -: de momento no está en mis planes, dijo, para conseguir abrirlo. Finalmente, gracias, parece, a Doña Esperanza, se abrió el debate de las ideas.

¿Qué ideas se están debatiendo? El debate, si es que, lo hay, es de reparto de cargos y punto. Faltan cuarenta y tres días para el Congreso del PP y D. Mariano sigue deshojando las diversas margaritas y dudándolo todo como si fuera Hamlet: ¿ser o no ser?, o mejor: ¿estar o no estar en la pomada?, esa es la cuestión. Mientras tanto, salvo Zaplana, Acebes y Pizarro, que son los que saben ya lo que va a pasar con ellos, todos están preparando el debate de ideas del próximo Congreso; o sea: ¿qué hay de lo mío, Mariano? ¡Vaya debates de ideas!

Dicen que Franco separaba los problemas en dos categorías: los que no tenían arreglo y los que el tiempo arreglaría. Parece ser que en su mesa estaban los expedientes en esos dos famosos montones, separados, los que no tenían arreglo por un lado y los que el tiempo arreglaría por otro. A él – que además era bajito – casi no se le veía en su silla, detrás de los famosos montones que tenía sobre la mesa. Un monumento a la inacción y al cinismo como táctica política. El Sr. Rajoy, gallego como el dictador, sin más en común con éste que su origen geográfico, estoy seguro de ello, haciendo honor al tópico sobre la forma de ser de los gallegos – cuando te los encuentras en una escalera no sabes si suben o bajan – parece otro monumento vivo a la duda y a la inacción.

Líder, “leader”, viene de “to lead”, conducir, o sea ponerse delante del grupo y tirar en una dirección para que la gente a la que lidera le siga. ¿Es D. Mariano un líder? ¿Qué es D. Mariano?: parece una duda encarnada en una persona. A pesar de todo, el PP no quedó muy lejos del PSOE en las últimas elecciones: ¿a dónde hubiera llegado si hubiera tenido un líder? D. Mariano repite que D. José Luis Rodríguez Zapatero es el peor presidente de la democracia, deduzco de sus palabras y de su doble derrota frente al peor presidente de la historia reciente, que él es el peor jefe de la oposición de la democracia.

El papel de la oposición no es, como algunos parecen creer, dificultar la labor del gobierno; su misión es contribuir, mediante la crítica, a mejorar su desempeño, demostrando de paso que es mejor opción para gobernar que ellos y acabar así mereciendo el voto mayoritario de los ciudadanos en las próximas elecciones. Mientras entramos a velocidad de vértigo en una de las peores crisis financieras y ¿económicas? globales que el mundo haya conocido, el PP está haciendo bodoques o calceta, mirándose el ombligo. ¡Vaya tropa! Así el PSOE se dedica, en lugar de a abordar las medidas imprescindibles para afrontar la situación, o sea a gobernar, a marear la perdiz, mientras se ríe por lo bajo de lo que pasa en el seno del PP con el debate de las ideas. Si el PP estuviera haciendo de veras su trabajo estaría imponiendo que el PSOE se ocupara de gobernar, o sea, estaría haciendo oposición, que es lo que le toca hacer, y lo que hace falta que haga, en lugar de seguir haciendo el ridículo delante de la perpleja ciudadanía, lo que a nadie le hace falta que haga, y menos aún al propio PP; ni siquiera al gobierno, que necesita una oposición y le vendría tenerla como agua de Mayo a la tierra seca – por fín veo desde Lima que en España llueve a manta, ¡albricias!, cuando llueve en España, llueve dinero además de agua y falta nos hace, casi tanto como una oposición que merezca tal nombre… -.

Gustavo Mata

PS. Artículo relacionado con el tema en El País de hoy.

LA SITUACIÓN DEL PP

Dice Esperanza Aguirre que pretende que se abra en el PP, de cara a su próximo Congreso, un debate de ideas.

¿Qué ideas son las que tiene Doña Esperanza?: ella dice que es liberal.

D. Gregorio Marañón (1887-1960), un auténtico y genuino liberal, dijo: “Ser liberal es estar dispuesto a entenderse con el que piensa de otro modo; y no admitir jamás que el fin justifica los medios, sino que, por el contrario, son los medios los que justifican el fin.”. ¿Es, entonces, Esperanza Aguirre liberal? Mi opinión es que, a la vista de las dos consecuencias de serlo que planteaba el Dr. Marañón, no lo es, por más que se autoproclame como tal o por más que haya formado parte de aquel Partido Liberal del que se dijo, en su día, que cabía, todo él, en un taxi. En todo caso, Aguirre sería lo que se denomina ahora una neoliberal o una neoconservadora. Es decir una representante de la derecha más genuina.

Y Don Mariano ¿qué piensa?; ¿cuál es el pensamiento de Mariano Rajoy? Aunque él dijo, en el cierre del último debate a dos de la última campaña electoral, aquello de: “todos saben lo que yo pienso”, ¿se sabe realmente qué es lo que piensa Rajoy? Él se proclama un político de centro reformista, y, pese a que sus bandazos y dudas permanentes no aclaren mucho quién es exactamente Rajoy desde el punto de vista ideológico, puede que realmente lo sea. Supongamos que es así.

A mi parecer, lo que le conviene al PP y al país es que el partido se centre. Pero, aunque Rajoy ganara el Congreso, ¿podría Rajoy hacer que el PP emprendiera de verdad el tan cacareado y necesario viaje al centro? Pensamos que no le resultaría fácil con la que está cayendo en el partido, tanto si gana el Congreso a la búlgara, sin oposición ni candidaturas alternativas, como si lo ganara frente a una candidatura de Aguirre por la mínima, o incluso si lo ganara por goleada. Cada vez que insistiera en esa línea los medios más radicales le pondrían a “caer de un burro” y el desgaste para el PP sería enorme.

Cuando Aznar designó en Agosto de 2003, después de más de un año y medio de suspense, que Mariano era el elegido para ser el sucesor, Rodríguez Zapatero dijo textualmente: «Supongo que él estará contento. Yo les aseguro que también estoy contento». Fue una buena premonición; ya le ha ganado dos veces las elecciones. La primera, cuando Rajoy se presentaba como el preferido designado por Aznar por su “sencillez, discreción y templanza” y, manteniendo esa imagen sencilla, discreta y templada, estaba bastante claro que iba a ganar, hasta que la incomprensible reacción de todo el Gobierno Aznar frente al tremendo atentado del 11 M, le hizo perder. La segunda, cuando rodeado de la guardia que el propio Aznar le había puesto, con Zaplana y Acebes al frente, se radicalizó y practicó durante cuatro años una forma de oposición poco templada, discreta o sencilla, insistiendo en el error que había llevado a perder las elecciones. ¿Sería capaz de ganarle a Rodríguez Zapatero a la tercera? ¿Qué tendría que hacer en la oposición, radicalizarse o ser una oposición colaboradora y razonable como la que hizo en su día el PSOE frente a Aznar? Lo tiene crudo; salvo que el PSOE lo haga muy mal, lo más previsible es que no ganará, haga lo que haga.

Pero, ¿qué pensaría ahora Rodríguez Zapatero de un hipotético triunfo de Esperanza Aguirre en el Congreso de Valencia? ¿Repetiría la frase que usó para saludar la elección de Rajoy como líder del PP y diría?: “Supongo que ella estará contenta. Yo también estoy contento.”

No creo que Aguirre pudiera centrar el mensaje del PP, más bien sería lo contrario, y si fuera así tampoco será fácil que ella pudiera ganar en unas elecciones generales al PSOE.

Gustavo Mata

¿Quo vadis Mariano? El dilema de Hotelling y sus consecuencias políticas

Harold Hotelling, en un famoso artículo escrito en 1929 (Stability in competition, The Economic Journal, nº 29, páginas 41 a 57), se planteó el problema de la localización idónea de dos vendedores de perritos calientes a lo largo de una playa en la que la densidad de bañistas por cada unidad de longitud del litoral fuera constante. Imaginemos una playa de un kilómetro de longitud; si hubiera un solo vendedor de perritos calientes en la playa, la localización más eficiente, desde el punto de vista económico, sería en el centro de la playa; de esta manera se minimizarían los desplazamientos de los bañistas que desearan comprar un perrito caliente, que sería como máximo de medio kilómetro para los que estuvieran más distantes. Eso sería lo que, razonablemente, haría el vendedor: situarse en el centro de la playa. Pero si hubiera dos vendedores, lo más eficiente sería que cada uno atendiera a una mitad de la playa, situándose, cada uno de ellos, en el medio de su mitad: uno de ellos estaría a un cuarto de kilómetro del centro de la playa, hacia un lado, y el otro a otro cuarto de kilómetro del centro de la playa hacia el otro lado. De esta manera se minimizarían los desplazamientos de los bañistas: cada uno atendería a media playa. El desplazamiento medio bajaría a la mitad que en el caso de que sólo hubiera un vendedor y el máximo desplazamiento sería ahora de un cuarto de kilómetro. Pero esto es seguro que no ocurrirá, no se situarían ahí puesto que cada uno de ellos sabe que si se desplazara hacia el centro de la playa conservaría los clientes de su lado, seguro, y resultaría más atractivo para algunos de los otros, parte de los que en principio preferían ser atendidos por su competidor. Como el otro sabe lo mismo, la solución es que ambos vendedores se situarían en el medio de la playa, juntos, lo que, pese a su lógica competitiva, no es eficiente desde el punto de vista económico, puesto que aumenta el desplazamiento medio de los bañistas que deseen abastecerse. Esta vez la mano invisible de Adam Smith, que haría que si cada individuo buscase su propio bien todos encontrarían el bienestar colectivo, no resuelve el problema de forma eficiente. Su tendencia a maximizar su propio beneficio no produce el beneficio colectivo.

Este problema de Hotelling inspiró a Robert Frank (Microeconomics and behavior) para ilustrar la tendencia que los partidos políticos, demócrata y republicano, mayoritarios en los EEUU, tienen de presentar candidatos centrados, puesto que cada vez que uno de los partidos presenta un candidato excesivamente derechista o excesivamente izquierdista, si el otro mantiene un candidato centrado, es él quien gana las elecciones. La solución para ambos es obvia: presentar candidatos tan centrados como sea posible.

Pues bien, cuando una parte sustancial del espectro político se reparte entre dos partidos mayoritarios, como también ocurre en España, la ventaja suele corresponder al que presenta candidaturas y propuestas más centradas, sobre todo si el candidato del otro partido se radicaliza.

¿Qué clase de política ha estado siguiendo el PP? ¿Es que pretendía perder las elecciones? Si al final de la legislatura el Presidente Rodríguez Zapatero y su partido centraron más su mensaje; si no pusieron tanto énfasis como pusieron al principio de la legislatura en las políticas que puedan resultar más radicales para los electores en lo social, y si han mantenido una relativa ortodoxia en su política económica, ¿qué es lo que le tocaba al PP?: cualquier cosa menos radicalizarse. Es claro, de esa manera, cada vez tiene más fidelizada a su parroquia radical derechista, lo que parece que le hace muy feliz, pero eso le deja el territorio del centro franco a su oponente político.

¿Qué va a hacer ahora Mariano Rajoy? No lo sabe ni él. Hasta ahora lo único que parece haber guiado, más que sus actos, su falta de actuación, es esperar a ver qué pasa y luego reaccionar, pero claro, con esa forma de no hacer: ¡siempre se le pasa el arroz!

La única salida para el PP sería moderar el mensaje, pero es difícil que ahora se salga de esa tendencia. El país lo necesita pero Mariano amagará con que parece que hace algo para ver qué pasa y luego hacer lo contrario, independientemente de lo que pase.

¡Ay!

Gustavo Mata Fernández- Balbuena

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