El blog de Gustavo Mata

Estrategia: Las reglas del juego en los negocios

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RETOS DEL SIGLO XXI. DETENER EL ANIQUILAMIENTO DE LA BIODIVERSIDAD

Génesis (capítulo I) Fuente: Sagrada Biblia. Traducida al castellano por Félix Torres Amat. Madrid: Apostolado de la Prensa, 1928.

…26 y por fin dijo Dios: Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra: y que domine a los peces del mar, y a las aves del cielo, y a las bestias, y a toda la tierra, y a todo reptil que se mueve sobre la tierra. …28 Y les dio Dios su bendición, y dijo: Creced, y multiplicaos, y henchid la tierra, y enseñoreaos de ella, y dominad a los peces del mar, y a las aves del cielo, y a todos los animales, que se mueven sobre la tierra.

Haciendo caso al mandato bíblico el género humano ha ocupado todos los nichos ecológicos del planeta. La huella del hombre y de la frenética actividad humana está desde las cimas del Himalaya hasta lo más profundo de las fosas marinas, desde las tundras y hielos más allá del círculo polar ártico a los hielos del Antártida, incluyendo todas las áreas desérticas, los mares y, lógicamente el resto de los ecosistemas más amables de la tierra.

Pero, al tiempo que llenamos la tierra de humanos, nos estamos cargando al resto de las especies animales y vegetales a un ritmo frenético, poniendo en riesgo con ello nuestra propia supervivencia. Y ese no era el mandato bíblico que teníamos. Dice el Génesis (capítulo I), a continuación de lo reseñado:

…29 Y añadió Dios: Ved que os he dado todas las hierbas, las cuales producen simiente sobre la tierra, y todos los árboles, los cuales tienen en sí mismos simiente de su especie, para que os sirvan de alimento a vosotros,..30 y a todos los animales de la tierra, y a todas las aves del cielo, y a todos cuantos animales vivientes se mueven sobre la tierra, a fin de que tengan qué comer.

La presión creciente sobre el medio está llegando en estos últimos años a extremos inconcebibles. Los jinetes del nuevo apocalipsis medioambiental son: la destrucción de hábitats, las especies invasivas, la contaminación y la sobreexplotación de los recursos. El impacto es enorme y no somos capaces ni siquiera de vislumbrar la gravedad de las consecuencias de ese cambio, en todos los órdenes, para la humanidad.

En la ONU, en 1992, se tomó el compromiso de detener la destrucción de la biodiversidad con la firma del Convenio de las Naciones Unidas sobre la diversidad biológica. El compromiso incluía: Reducir la pérdida de biodiversidad. Promover el aprovechamiento sostenible de la misma. Reducir el impacto que sobre la biodiversidad tienen las especies invasivas extrañas a cada ecosistema. Mantener la integridad de los ecosistemas. Preservar las culturas, los conocimientos y las prácticas tradicionales. Garantizar un uso justo de los beneficios derivados de la explotación de los recursos. Y comprometer lo recursos financieros para hacerlo posible.

En 2002 se reafirmó el compromiso y se fijó el objetivo de que en 2010 debería haberse producido una reducción significativa de la tasa de deterioro de la biodiversidad. ¿Lo sabíais? Ni siquiera se ha tomado nadie la obligación de divulgarlo. ¿Estamos ciegos?

Se toman compromisos serios sobre temas graves y se pasa discretamente sobre ellos ignorándolos. Además una cosa son buenas palabras y otra hechos. No se ha hecho nada. La voluntad política brilla por su ausencia. ¿Quiénes son nuestros líderes? ¿Bush, Putin, Sarkozy, Merkel, Zapatero, Berlusconi, Brown,…? No veo a ningún líder, ¿es que no quedan?

¡Necesito creer en alguien! : ¡¡¡¡OBAMAAAA!!!!

HOY, 17 DE JULIO, HE DICTADO UNA CONFERENCIA EN EOI

Dentro de la X Semana Empresarial y Tecnológica, de 2008, para alumnos de la red EOI de América, he compartido  mis opiniones, en esta tarde del 17 de Julio, con un maravilloso grupo de profesionales argentinos a través de una conferencia cuyo título ha sido: «Decálogo para triunfar como Jefe y decálogo para triunfar como subordinado».

Ha sido un placer.

RETOS DEL SIGLO XXI: EL MUNDO YA ES MÁS URBANO QUE RURAL

Hace 10.000 años, con la aparición de la agricultura, la especie humana, que había ido desarrollándose como cazadora y recolectora en las áreas más favorables del planeta para esas actividades -estuarios, riberas de los ríos, zonas costeras, entornos de climas más templados- empieza a liberar áreas boscosas para las actividades agrícolas a través de la deforestación, modificando radicalmente el entorno natural, y comienza a vivir en ciudades. El desarrollo al principio es lento. En el año 1800 la gente que vivía en las ciudades era el 10 % de la población total; pero en 1900 el 13 %; en 1950, el 29 %, en 2000, el 47 %. A finales de 2007 la mitad de la población vive ya en ciudades. Somos 6.600 millones en total, repartidos en dos mitades: la rural y la urbana. Y a partir de ahora el mundo será cada vez menos rural y cada vez más urbano. La previsión es que en 2030 el 60 % de los 8.300 millones de humanos viva en ciudades. Es decir los 1.700 millones de incremento de población que se dará entre hoy y el año 2030 serán todos urbanitas, y vivirán, principalmente, en las megalópolis de los países en desarrollo. La población en áreas rurales quedará en 3.300 millones.

Viajo a menudo a México desde hace años y cada vez me deja más atónito la contemplación desde el aire de esa ciudad inmensa. Viéndola un par de veces cada año, desde hace siete, se ve literalmente la película del cambio. Uno se pregunta ¿hasta dónde va a llegar esa acumulación de población aparentemente imparable? En mi último viaje, llegué desde San José de Costa Rica, en pleno día y, cosa insólita, con un día muy limpio y claro. Volamos sobre la ciudad más de media hora y pude contemplarla a gusto. México es absolutamente descomunal y absolutamente caótica, ciertamente inimaginable, realmente increíble. 25 millones de personas amontonadas, abarrotando un espacio urbano, con las casas trepando por los cerros, cada vez más arriba, colgándose casi desesperadamente de las laderas. Te quedas mudo, absorto, sobrecogido, perplejo. No es concebible para la mente humana lo que se contempla aunque se esté viendo. No te cabe en la cabeza que la cuarta parte de los mexicanos vivan en el DF.

El desarrollo humano hubiera sido imposible sin las ciudades. El aumento de la productividad en el campo es la clave para ir liberando mano de obra agrícola y propiciando que ésta se concentre en las ciudades, en donde el desarrollo tecnológico facilitó la producción en masa y más tarde el desarrollo de los servicios en las sociedades urbanas y la terciarización de la economía. La vida en las ciudades representa muchas ventajas: facilita una mayor productividad, posibilita un mayor progreso tecnológico, disminuye los costes energéticos, propicia la construcción de mejores infraestructuras básicas: de transportes, hospitalarias, educativas, etc. Pero también supone grandes problemas. No todo el que se desplaza hacia las ciudades lo hace impulsado por el incremento de la productividad en el campo. Muchos lo hacen impulsados por la más absoluta miseria en busca de oportunidades en la ciudad, que finalmente no aparecen, con el efecto de una tremenda y dramática acumulación de pobreza en los suburbios, con una degradación imparable del entorno natural, con un aumento de la inseguridad a niveles desconocidos hasta ahora, con un aumento galopante de las enfermedades infecciosas, y de otras enfermedades, consecuencia de la mala alimentación y del estilo de vida urbano, como la obesidad, el cáncer, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, etc.

La resolución de los problemas de las grandes ciudades del mundo en vías de desarrollo tampoco parece que estén al alcance de la mágica mano del mercado que todo lo arregla. Tendremos que hacer algo más. Otro reto para el siglo XXI.

RETOS DEL SIGLO XXI: ERRADICAR LA POBREZA EXTREMA

Más de 1.000 millones de personas viven con menos de 1 dólar por día, lo que les condena a pasar hambre, a estar desnutridos: su alimentación no es suficiente para satisfacer sus necesidades energéticas mínimas.

Os comentaba el otro día en mi post G-8 QUÉ VERGÜENZA PLANETARIA, que el primer compromiso asumido por toda la comunidad internacional en los ocho objetivos del milenio era erradicar la pobreza extrema y el hambre. Parecía que esta vez iba en serio. Pero Bush se ha encargado, como con casi todos los compromisos internacionales asumidos, a echarle agua al vino durante sus dos mandatos. Pero ahora, con la crisis, empiezan a extenderse al G-8 las reacciones tibias con esos compromisos, como pudimos ver hace una semana.

Debemos recordar y recordarles constantemente que esos ocho compromisos, que iremos comentando, son una obligación para todos. Y que nos va demasiado a todos en lograrlos.  Es un problema que se puede arreglar. Se sabe cómo hacerlo y los medios para lograrlo son asumibles para la Comunidad Internacional. Sólo falta recuperar la plena voluntad política para hacerlo. La que llevó a tomar el compromiso.

Somos hoy 6.600 millones de personas, pese a la disminución de la tasa de fertilidad en el mundo -especialmente en el rico- en unos pocos años, en 2050, seremos según las previsiones medias, algo más de 9.000 millones. Mientras el mundo rico seguirá estando integrado casi por los mismos 1.200 millones de personas, será en los países más pobres en donde se vaya a producir el incremento desde los 5.200 millones actuales a los 7.800 millones: 1.000 millones más en África y 1.300 millones más en Asia. ¿Os parece que hay que preocuparse? El problema debe ser atajado inmediatamente.

Si bien es cierto que la riqueza en el mundo no para de aumentar y que ha disminuido globalmente el número de pobres, especialmente en Asia, la trampa de la pobreza extrema en la que se hayan atrapados esos 1.000 millones de personas es una situación inmoralmente insostenible para la humanidad, que tiene solución y que el mercado no va a arreglar.

El año en que yo nací, los ricos eran un tercio de la población del planeta. Hoy, 60 años después, los ricos sólo somos la sexta parte de esa población. La desigualdad en el mundo no para de crecer. En el año 1800 la nación más rica de la tierra -Inglaterra- era tres veces más rica que la más pobre -en el África subsahariana-. Hoy la nación más rica de la tierra -USA- es veinte veces más rica que la más pobre. En 200 años el desfase, la desigualdad, se ha multiplicado tremendamente y sigue incrementándose.

En el África subsahariana las mujeres se ven impelidas a tener hasta seis hijos, para poder asegurar tres varones, lo que, dada la elevadísima mortalidad infantil, garantiza que, al menos, uno de los varones, el probable superviviente, pueda hacerse cargo de los padres ancianos. Eso condena a todos ellos -padres e hijos- a la miseria. No se sabe cuál es la causa y cuál el efecto. Pero da igual. Es una espiral en la que están atrapados y de la que solos no podrán salir. Las tasas de fertilidad total femenina –número de hijos por mujer- son en África  5 y son todavía mayores en los países al sur del Sahara: Níger 7,5, Mali, 6,7, Chad, 6,5, Sierra Leona, 6,5, Burkina Faso, 6,4, etc. Esas tasas se asocian a tasas de mortalidad infantil elevadísimas, alto índice de población rural, deterioro medioambiental irreversible, analfabetismo, inasistencia a las escuelas de las niñas, etc.Las consecuencias alimentan las causas.

Las mayores brechas de renta en el planeta se producen entre la zona africana, la ribera sur del Mediterráneo, y la zona europea, la ribera norte, y entre la frontera entre México y EEUU. España está en la raya de la brecha. ¿Os extraña que estemos sometidos a fuertes tensiones migratorias? ¡No se le pueden poner puertas al campo! La inmigración no es el problema es simplemente un síntoma de un problema mucho más grave. Lo tenemos que solucionar y, entre todos, lo podemos solucionar.

Las gestión empresarial en la crisis

Todo cambia, nada permanece; sólo el cambio es permanente”.

Heráclito de Éfeso, 450 años antes de Cristo.

Peino canas -menos de las que me gustaría porque se me ha caído mucho pelo- y ya he visto muchas crisis. Cuando las cosas van mal, muy mal, parece que nunca van a mejorar. Todos se desaniman. Bueno, casi todos. Justo cuando esa impresión es más generalizada hay una segunda o tercera derivada positiva de la variable en declive, que sólo algunos aciertan a ver, y la situación empieza a evolucionar positivamente. Para esos, las crisis son la mejor de todas las circunstancias posibles. También cuando la situación de bonanza dura y dura, justo cuando parece que esta vez la bonanza va a durar siempre, algo imperceptible cambia y todo se viene abajo con estrépito. Sólo algunos lo perciben anticipadamente, y cuando se desencadena la tempestad, ellos están seguros en un puerto abrigado. Los demás lloran.

Crisis, etimológicamente del latín crisis y, a través de éste del griego κρίσις, significa cambio brusco, momento decisivo, situación dificultosa. Crisis es cambio y cambio acelerado, también cambio imprevisible, cambio que crea dudas, que provoca perplejidad, que genera ansiedad, que produce desasosiego,…Pero, ante todo, para vosotros, la crisis debe ser algo que genere esperanza, ánimo, expectativas de mejora; una circunstancia frente a la que merece la pena movilizar el afán de logro, el deseo de triunfo, las ganas de tener éxito,… La necesidad agudiza el ingenio. Hay quien sostiene que κρίσις -crisis- viene de Kρινω, -cribar, discernir; separar la paja del grano-. No sé si es cierto, pero sí sé que en las crisis debemos cribar oportunidades y que la crítica y el criticismo Kantiano -que obliga a cuestionar las cosas y a cribar y discernir los conceptos- es el origen del progreso del conocimiento y de la ciencia.

Los viejos y los instalados solemos ver el cambio, en general y especialmente el cambio brusco, como una fuente de amenazas a nuestra estabilidad, pues pone en cuestión lo que ya hemos logrado, cambia las reglas de un juego para nosotros conocido y dominado en el que nos desenvolvemos con comodidad. Pero ¿y para los jóvenes? ¿Cómo debéis ver los jóvenes el cambio?: no tengo ninguna duda, el cambio, para vosotros, es la fuente de todas las oportunidades; mejor el cambio profundo que el cambio sosegado; las crisis son vuestras amigas, las que os van a permitir posicionaros mejor.

Suelo decir que el cambio es la primera materia con la que trabajan los directivos. Si nada cambiara ¿haríamos falta? Cuando los entornos apenas cambian y el cambio es previsible cualquiera sirve para dirigir. Por eso, en estas etapas y en esos contextos, es cuando se suele nombrar a validos, parientes y toda suerte de recomendados para dirigir. Cuando el cambio se acelera y se hace menos previsible, más profundo, más impactante, más global es cuando hace falta verdadero talento para dirigir, para saber anticipar el cambio, para lograr posicionarse adecuadamente ante él. Por eso, en tiempos de crisis, sólo los que tienen talento son promovidos a los puestos clave. Los que tiene talento y que además sean optimistas, los tristes no sirven para nada.

¡Enhorabuena a los talentosos! ¡En la crisis vais a tener más oportunidades que nunca!

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