Neppotismo es el neologismo que propongo para calificar al nepotismo en el PP.
Dice la RAE que nepotismo es la desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos. Así neppotismo sería la desmedida preferencia que los del PP dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos.
La palabra viene del latín, nepote, que significa sobrino y se empezó a usar para calificar lo que ocurría en la Curia Romana, en el Renacimiento, en donde el Colegio cardenalicio y el Papa tiraban, sin recato alguno, de los miembros de sus familias para que fueran ellos quienes ocuparan los cargos más interesantes y que así disfrutaran de las prebendas asociadas. Y como lo usual es que Papas y Cardenales fueran célibes y no tuvieran hijos, solían acordarse de sus sobrinos -nepotes- para los cargos. Suponemos que en estos asuntos mundanos, no era el Espíritu Santo quien iluminaba las mentes de los Cardenales y Papas.
Ahora vemos que el PP ha aprovechado su llegada al poder para repartir cargos y prebendas con ese criterio de desmedida preferencia por los parientes. No son los únicos políticos aficionados a esa práctica; es una epidemia que afecta a todos los partidos o a casi todos. Claro que en la derecha es más común la práctica. Pero hay que tomar en cuenta que en las familias de los políticos de derecha abundan más los parientes capacitados que entre los de la izquierda, cuyos parientes suelen ser menos capaces… O eso es al menos lo que he oído decir en tono de justificación a un amigo del PP.
¡Cómo lo habrán hecho de mal los del PSOE para que le hayamos dado todo el poder en España a este PP! Y la semana que viene se lo daremos en Andalucía. Parece que Asturias resistirá a esa oleada derechista. Y si gobernara allí la izquierda: ¿qué harán?, ¿más disparates?: ¡seguro!
Cada vez le quedan a uno menos ganas de ir a votar cuando nos llaman. Pero los que hemos estado muchos años sin poder hacerlo no podemos evitar ir, pese a lo poco que nos apetece tal y cómo está el panorama. Así que esas ganas de votar, que a los viejos no se nos quitan ni con estos partidos tan malos, hay que agradecérselas a Franco, ¡mira por dónde!
¡Qué tiempos!