Resulta que un alemán apellidado Sarrazin -sarraceno: oriundo de Arabia, mahometano- piensa que la inmigración está destruyendo Alemania.
¡Vaya! Si sus ancestros no hubieran sido admitidos en Alemania habría menos «sarracenos» en Alemania. Y además menos racistas y menos idiotas.
Pero ha dimitido a causa de que sus opiniones han sido criticadas por racistas y xenófobas. Eso le honra al «Sarraceno».

Pero es que, además, Alemania necesita medio millón de inmigrantes de forma inminente para sotenerse. Vendrán. Es complicado intentar poner puertas al campo.