El blog de Gustavo Mata

Estrategia: Las reglas del juego en los negocios

LA FINANCIACIÓN IRREGULAR DE LOS PARTIDOS: ESTEPONA, Y VAN…

Escribí en CINCO DÍAS, hace casi dos años, en Agosto de 2006:

«Cuando estalla un escándalo como el de Marbella, son muchos los que señalan que hay muchas más Marbellas y que el fenómeno de la corrupción en los municipios está generalizada. Nadie reacciona; no hay alarma social alguna. ¿A nadie le preocupa?, ¿tenemos que seguir admitiendo la extendida práctica de que los ayuntamientos -y los partidos políticos y coaliciones que los sustentan- se financien también vía modificaciones de los planes de urbanismo y vía la subsiguiente especulación del suelo?»

Hoy, basta cambiar Marbella por Estepona para que el comentario sirva. Ayer era Andratx, antesdeayer…

¿Cómo es posible que los partidos consientan y ¿alienten? estas prácticas en los municipios en los que gobiernan. Los escándalos sólo estallan cuando el que administra ese flujo asqueroso lo desvía, en parte, para su lucro personal. Ya se sabe: «aministrador que admininistra y enfemo que enjuaga, algo traga». Pero cómo es que ¡no se corrije mucho antes!

Otra vez lo mismo de siempre. Parece que todo el mundo estaba al corriente.

¡Qué asco me dan todos estos manejos!

3 Comentarios

  1. Querido Gustavo:
    Durante cuatro años y medio,antes de que saltara cualquier escandalo, tuve la oprtunidad de vivir y trabajar en Marbella. Y en mi humilde opinión, o mejor dicho, según mi propia experiencia, en estos casos de corrupción sólo caen aquellos que «meten la pata» con alguien importante.
    Todos éstos casos son de sobra conocidos por las administraciones públicas, la hacienda pública, la policía dedicada a delitos económicos, etc., etc. Es decir, que como bien dices en tu comentario , todo el mundo está al corriente de lo que pasa mucho antes de que salte la noticia.
    Y es aqui donde me permito incluir un factor que podría al menos ayudar a evitar algunas de éstas situaciones. Los ciudadanos de a pie, entre los que me incluyo, conocemos en muchos casos esos «trapicheos», y en la mayoría de los casos, miramos hacia otro lado. Miles de veces he oido criticar a algunos de nuestros vecinos europeos porque ciudadanos anonimos denuncian la estafa del vecino de enfrente. Y lo criticamos porque en España eso de ser un «chivato» no está bien visto. Antes muerto que sucio delator. Si el vecino defrauda, yo más, o al menos lo intento.
    Quizás si nuestros políticos e instituciones notaran un poquito más de control por nuestra parte, se pensarían más aquello de meter la mano en la caja.

  2. Hola Marga, estoy de acuerdo contigo. Pienso que lo que hace falta para que los ciudadanos se impliquen en los asuntos públicos y se atrevan a denunciar, es que se sientan de verdad ciudadanos y no súbditos. Que piensen que los políticos no son sus jefes sino sus empleados, y que les deben explicacione y rendición de cuentas.
    Los jefes somos nosotros, no ellos. Necesitamos aumentar la participación ciudadana en los asuntos públicos. Nuestra democracia es representativa pero escasamente participativa; cuando lo sea, empezaremos a considerar lo «público» «nuestro».
    Gracias por el comentario y bienvenida a este tu blog.
    Un saludo afectuoso.

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