FLEXIBILIDAD

La negociación de las condiciones de trabajo, en muchos casos, casi siempre, es muy desequilibrada, porque la empresa tiene todo el poder negociador frente al trabajador individualmente considerado. Por eso debe haber sindicatos que negocien en nombre de los trabajadores y por eso el derecho laboral debe ser asimétrico –in dubio pro operario y no in dubio pro reo como se postula en el derecho en general-. Pero los sindicatos deberían de ser no sólo representativos sino realmente participativos para ser realmente democráticos. Los parados están poco o nada representados por los sindicatos. Éstos, los sindicatos, están a menudo más interesados en defender sus intereses corporativos que los intereses de los afiliados, y menos interesados aún en defender los intereses de los no afiliados.

Lo pactado entre sindicatos y patronos debe respetarse en cualquier caso. Cualquier modalidad de contrato previamente pactado debe ser respetada y cualquier contrato futuro debe ser pactado entre sindicatos y trabajadores, si el trabajador, como suele ser habitual, no prefiere pactar con la empresa directamente. Pero todos deben saber que cuanto más rígido sea el contrato que pacten más va a influir en la deficiente productividad del sistema. Por eso el Banco de España recomienda flexibilizar el mercado. Por eso la OCDE recomienda a la economía española disminuir el coste del despido. Por eso yo insisto en el tema. No estoy pensando en perjudicar a nadie sino en beneficiar a todos cuando lo propongo. Los nuevos contratos deberían pactarse en condiciones de que el despido no sea tan gravoso como lo es en los contratos actuales.

El mercado de trabajo necesita flexibilidad y transparencia. ¿Para qué? Para que cada trabajador, en cada momento, pueda acceder al mejor empleo posible, entre los que se oferten, dada su cualificación, y para que cada empresario pueda acceder al mejor empleado posible a cambio de la contraprestación (salario, fringe benefits , etc.) que está dispuesto a ofrecer, en cada momento. Eso hoy no ocurre por falta de flexibilidad y es un lujo que no nos podemos permitir. Si el mercado fuera flexible y transparente estarían trabajando, en cada momento, los más adecuados, los más productivos, y estarían parados, en cada coyuntura, sólo los menos eficientes; y eso sería beneficioso, incluso diría muy beneficioso, para todos. Por el contrario, si el mecanismo del mercado es rígido y opaco la productividad se resiente al dejar desempleados no a los menos eficientes sino a los menos protegidos. Por eso el paro se ceba hoy en mujeres y en jóvenes. ¿Por qué son menos productivos? ¿O aunque sean más productivos, por estar menos protegidos?

Y SOLIDARIDAD

En cada coyuntura, para los menos favorecidos, para los desempleados hay que disponer una formación eficaz que mejore su cualificación, con recursos suficientes, sin escatimar gasto y trabajando continuamente por su eficacia –de momento es muy deficiente y llena de corruptelas, por no llamarlo irregularidades-, y para los excluidos habría que prever subsidios que les permitieran vivir dignamente. Los ultra liberales dicen que subsidiar fomenta que haya gente poco cualificada, pero yo no estoy de acuerdo. Entiendo el argumento, pero ellos deben entender que no se puede excluir del sistema a ningún ser humano por falta de cualificación y que algunos seres humanos son menos productivos que otros. Nadie se excluye voluntariamente a menos que tenga algún problema mental que podría y debería tratarse.

Eso es lo que deberían de estar pactando empresarios y sindicatos. Si no lo entienden no es que sean tontos es que no se atreven a proponerlo porque va en contra de sus intereses, los corporativos de su secta, no los de los parados ni los de la economía en general.

Todo esto dicho a mi juicio, admitiendo las opiniones de los discrepantes y con respeto a todos. Creedme, es más fácil callarse que mantener opiniones que a veces molestan a algunos o que pueden ser malinterpretadas o manipuladas por otros. Pero es lo que hay.