El blog de Gustavo Mata

Estrategia: Las reglas del juego en los negocios

TELEFÓNICA: ¿REFUGIO PARA POLÍTICOS AMORTIZADOS?

Leemos hoy en la prensa que Eduardo Zaplana – algunos profetas ya le llamaban estos días Ex-duardo Zaplana -, sale del Congreso – oportunamente, en mismo día en el que Rajoy anunciaba reparto de cargos entre sus inquietas huestes del Congreso – y que aterriza suave y dulcemente en la ex compañía pública Telefónica. Todo muy ex.

D. Eduardo, “como ave precursora de primavera”, aparece no en Madrid, como la violetera: ¡cómpreme usted este ramito p´a lucirlo en el ojal!, si no, dicen, en Europa, entre Madrid y Bruselas – o sea: volando voy, volando vengo, por el camino yo me entretengo -. Claro que también dicen que el fichaje es porque el Sr. Zaplana es un buen interlocutor del Sr. Berlusconni y del Sr. Maroni, a los que conoce mucho y con los que tiene, como dicen ahora, “buen rollo” – ¿Dios los cría y ellos se juntan? -. Y como Telefónica tiene intereses futuros en Italia…, o sea que D. Eduardo tendrá que volar también a menudo a Roma. ¡Vaya tarea! Claro que 600.000 euros como retribución está bien. Es aproximadamente diez veces más de lo que ganaba hasta ahora.

Sabemos que es mentira que D. Eduardo Zaplana dijera, como alguien le atribuyó falsamente -¡qué malediciencia!, ¡cómo es la gente! -, que estaba en política para forrarse. Ahora sí podría decir, si le pluguiera – justificado estaría si lo hiciera – que se va de la política para forrarse; aunque tal vez su tradicional prudencia le lleve a no decir nada parecido.

Menos mal que en Agosto de 2007 vendí mis acciones de Telefónica y menos mal que esto ha pasado después de la Junta, sino igual le hubiera hecho una pregunta a D. Cesar Alierta al respecto.

Claro que llueve sobre mojado. También aterrizaron en Telefónica otros ex – políticos: D. Alberto Timmermans – ex jefe de Gabinete del ex Presidente Aznar – fichado como Delegado en USA y ahora Coordinador del área de la Secretaría General Técnica -, D. Carlos López Blanco – ex Secretario de Estado de Telecomunicaciones con Aznar – fichado para la delegación en Bruselas.

Pero no sólo son PPeros los acogidos por Telefónica, también D. Javier de Paz -socialista, ex Director General de Comercio y ex Secretario de las Juventudes Socialistas – está en el Consejo de Telefónica, seguro que dando buenos consejos a D. Cesar, como corresponde a su cargo, entre otros.

A mí este tipo de noticias me parecen verdaderas obscenidades. ¡Qué le vamos a hacer! Ya sé que es legal, pero, como diría mi abuela, está feo. Me paso la vida diciendo que la ética está basada en el respeto a los demás, pero ¿y el respeto que nos debemos a nosotros mismos?, ¿no cuenta para nada? ¿Es que esos señores se lo han perdido?

Que quede constancia de mi desprecio personal – respetuoso desprecio, pero desprecio – por todas estas actitudes, que no me parecen de recibo.

¡Que no se me moleste nadie! Al fin, desprecio es, etimológicamente, sólo falta de aprecio. No me gustan y por eso no les aprecio. Sólo eso.

6 Comentarios

  1. Todo esto sucede porque no hay un código de conducta que regule este tipo de situaciones cuando un responsable público deja el cargo. A mi también me produce desprecio sean del partido que sean, no tanto por lo que vayan a hacer desde el sector privado, sino por lo que hayan hecho anteriormente desde la responsabilidad pública para ganarse esas posiciones privilegiadas de confianza en la empresa privada.

    Un saludo!

  2. Hola Pedro,
    A mi juicio no se puede codificar todo. El problema es de educación y de falta de sensibilidad de toda esta gente que deberían ser ejemplos de comportamiento para el resto de la sociedad y son todo lo contrario. No es que un código deba prohibirlo, es que la gente con, cómo llamarlo,…, estilo, elegancia, ¿vergüenza?, no debe hacer según qué cosas, como diría un catalán. No es difícil para nadie distinguir entre lo que se debe y no se debe hacer, lo que pasa es que hay mucho cínico, que sabiendo lo que debe o no debe hacer, sólo hace lo que piensa que le conviene, con una total falta de vergüenza.
    Lo que hay que hacer es no quedarse callado y serenamente calificarlo según nuestro criterio, como hacemos. ¡A ver si se contagia!, porque, en general, estamos hechos unos borregos, asintiendo impávidos al espectáculo que nos brindan estos cínicos.

  3. La dignidad y el honor parece que son de otra época 🙁

    Al final, como tú dices, hay que ser más elegantes en la vida. Lo que es una lástima es que entre todos estemos pagando a este tipo de personajes que parecen pulular en todos los partidos.

    Un saludo!

  4. Revindiquemos esos antiguos valores formales: la elegancia, la dignidad, el honor.
    Las formas son importantes. Alguien dijo, en el fondo sólo hay forma.
    Un saludo muy cordial.

  5. El señor Zaplana ya apuntaba maneras desde sus inicios en Benidorm (Alicante), y no digamos, en la presidencia de la Generalitat Valenciana . Conocido es por todos, cada uno de sus escabrosos asuntos llevados a cabo durante esta etapa, con el único fin de lucrarse. A pesar de ello, siguió adelante, llegó al congreso y tuvo el desdén de plantarse como elemento destacado en la oposición. Falta de ética es lo que denota. Coincido con vuestras observaciones y en la reivindicación de antiguos valores que no vemos reflejados en aquellos que nos representan, y componen un ejemplo para nuevas generaciones.

    Un saludo

  6. Hola Joan, bona nit, a mí este caballero no me gusta nada. Salvo que le hace los trajes un buen sastre -eso hay que reconocerlo- no me gusta nada de él. Seguramente mi abuela no aprobaría que me tratara con él. Aunque tampoco creo que le gustara que me tratara con Taguas. Mi abuela era muy estricta y formal.

    Tenemos, en este país, unas tragaderas paradigmáticas con los políticos. A veces pienso que no nos merecemos estos políticos y otras pienso que tenemos lo que nos merecemos.

    Vamos a ver si conseguimos ayudarles a mejorar el desempeño. Al final son nuestros empleados: «el cliente» de esta gente somos tú y yo.

    Gracias por el comentario.

    Un saludo.

    Gustavo

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